Alonso Romero acudió al médico por unos dolores en el vientre. Lo último que se imaginaba es que después de una operación para que le extrajeran piedras de la vesícula -de considerable tamaño, por cierto- era que tendría que ser intervenido de urgencia porque tenía dañado la arteria hepática y el conducto biliar. Llevaba un año en la lista de espera de la Seguridad Social porque necesitaba ser operado de dichas piedras en la vesícula. Como el momento para ser intervenido no llegaba y, dado su estado, la Seguridad Social le ofreció un plan de choque, es decir, ser intervenido en una clínica privada, pero a través de la Sanidad Pública.

El pasado dos de junio de este año, Alonso Romero entró al quirófano sobre las cuatro de la tarde y no salió hasta las siete aproximadamente, "a pesar de que nos dijeron que tardarían como una media hora", explicó la mujer del paciente, Merche Poveda. Tras la intervención, y con las piedras en un bote, Alonso y Merche se marcharon a casa.

"Yo vi que la orina tenía un color muy intenso, pero me dijeron en el centro médico que era normal después de la operación", relató Alonso. Lo que ya no parecía tan normal era el color cada vez más amarillo de la piel de Alonso Romero. "Llegó hasta un punto en el que incluso los ojos se le pusieron amarillos", especificó Merche. Ante la situación, decidieron llamar a la clínica privada donde fue operado, pero "nos dijeron que fuéramos al centro de salud que nos correspondía". Fueron. Allí los médicos optaron por hacerle análisis, que revelaron una alteración de los valores considerados normales en sangre, como se aprecia en el informe. El periplo por los centros hospitalarios les llevó entonces a La Fe, dados los resultados de los análisis. "Allí llegó nuestra salvación", suspiraron. El doctor Orbis, un especialista de la unidad hepática de La Fe, volvió a operar a Alonso Romero por "lesión de la vía biliar Bismuth: tipo 3 Clip parcialmente colocado en arteria hepática derecha", recoge el documento médico, que sigue: "Vía biliar distal abierta completamente en zona proximal con bilioma asociado en lecho quirúrgico y múltiples clips en la zona", tal y como recoge la hoja de informe del hospital. Es decir, el paciente tenía dañado el conducto biliar, de ahí el color amarillento que presentaba, y también la arteria hepática, que es la que riega el hígado.

Ahora, este vecino de Paterna se recupera en casa, porque le han dado el alta médica, pero no el alta definitiva. De momento, no puede ni pensar en trabajar, porque se agota y se lo ha prohibido el médico, al menos, de momento.

Investigan si ha existido mala praxis

"Entré al quirófano por unas piedras en la vesícula un año después de que me detectaran el problema. Fui intervenido gracias al llamado plan de choque porque llevaba muchísimo tiempo en la lista de espera y no me llamaban. Y ahora resulta que me han tenido que volver a operar porque me han grapado la arteria hepática y el conducto biliar. Menos mal que fuimos al Hospital porque mi mujer se dio cuenta de que estaba amarillo", cuenta Romero. Por todo ello, él y su mujer, ya se han puesto en contacto con un abogado. El letrado explicó que van a presentar la pertinente reclamación por responsabilidad patrimonial de la Administración con el fin de averiguar si ha habido una mala praxis médica