En plena crisis del ladrillo, pero a falta de menos de un año para las elecciones locales, el pleno de Cullera aprobó ayer su gigante urbanístico más conocido: el Manhattan. El PAI de la Bega-Port sale adelante gracias a la mayoría absoluta que mantiene el PP en el consistorio cullerense. El PSPV no quiso mojarse y optó por abstenerse en la votación. Mientras, APC fue la única formación que votó en contra.

El alcalde de Cullera, Ernesto Sanjuán, anunció en el pleno que en unos dos o tres meses se aprobará la reparcelación y, entonces, se cederán los terrenos del futuro puerto deportivo y pesquero a la Conselleria de Infraestructuras. El alcalde también adelantó a Levante-EMV el pasado viernes que espera que en seis meses se liciten las obras de urbanización y, después de publicarse en el Boletín de la Unión Europea, puedan empezar las obras. A la pregunta de cuándo podrían empezar a entrar las primeras máquinas en el Manhattan, Sanjuán señaló que "en medio año podrían empezar las obras de urbanización. Después de licitar las obras y lo que marca la ley por la cantidad y el valor que tiene. Después se ha de publicar también en el boletín europeo. Son unos trámites que se han de cumplir", señaló. La documentación municipal consultada por este periódico determina que el Manhattan requerirá una inversión total de 93 millones de euros. Sanjuán no quiso desvelar el valor de los terrenos y señaló que se informará de ello cuando se lleve a cabo la reparcelación. Entonces se dará la posibilidad a los propietarios de pagar los costes de urbanización con dinero o terrenos. El alcalde también informó que estos trámites los llevará a cabo "una empresa independiente para que no haya suspicacias".

El primer edil también confía que las obras de urbanización duren alrededor de dos años y después ya haya terminado la crisis económica y se empiecen a construir los primeros edificios.