El concejal de El Toro, José Solsona Pastor, de 50 años, retornó el lunes a su pueblo, tras recibir el alta médica en el Hospital de Sagunto, donde fue ingresado tras ser corneado en el abdomen por el toro cerril que se soltó el sábado pasado en la localidad. Su llegada fue celebrada por los vecinos que vieron con preocupación como el astado le produjo la herida. Sin embargo, el silencio presidió la jornada de ayer. Solsona Pastor estaba desaparecido y su domicilio cerrado a cal y canto. No quería hablar o "no tengo autorización", apuntaba ayer a este diario la alcaldesa.

El suceso hubiera pasado desapercibido, de no ser por la cada mayor implantación y uso de las tecnologías de la información y las redes sociales. Ayer mismo se podían ver en "youtube" las imágenes del cerril saliendo del cajón y arremetiendo contra los cadafals y las vallas de seguridad y luego la arremetida contra Solsona y otros vecinos. Internet rompió el silencio y actuó de altavoz de lo ocurrido. El mutismo oficial de ayer no cabe en la sociedad de la información. Al menos dos vídeos con lo ocurrido circulaban en la red.

Solsona no quiso hablar, pero si lo hizo ayer su hermana, para Efe, aclarando lo ocurrido, cuando el roro abrió la valla y embistió a dos personas, que fueron ingresadas en el Hospital de Sagunto.

Las medidas de seguridad, como corroboran algunos de los testigos presenciales, funcionaron y evitaron la huida del astado por las calles de El Toro. Es más, la rápida acción de los asistentes permitió reponer las vallas antes de que el toro efectuase una segunda intentona.

"Fue todo muy rápido y casi ni nos dio tiempo a ver qué es lo que pasaba". Así es como explica Ricardo Martínez, uno de los vecinos lo que ocurrió el pasado sábado cuando se encontraba detrás de la barrera que, sobre las seis y media de la tarde, el toro cerril rompió causando dos heridos.

Y es que, como Martínez comenta, "pasamos unos segundos de tensión y miedo en los que fue más la aglomeración de la gente que habíamos detrás que todos queríamos salir de allí que lo que hizo el toro en sí, ya que podía haber hecho una desgracia mucho más grande porque el animal no se ensañó con nadie" matiza.

Martínez, que lleva el cuerpo dolorido de los golpes y unos rasguños en el brazo y el pecho ha comentado que realmente no se dio cuenta de lo que pasó porque de repente vio como "todos los que estábamos entre las dos barreras de seguridad queríamos salir de allí. Aquí es cuando se formó el tapón y empezaron los empujones entre la barrera que había caído encima de nosotros y la que estaba detrás de seguridad".