El llamado "sacrilegio" de Ròtova, cometido cuando un festero de la Divina Aurora se sacó de la boca la hostia y la tiró al suelo después de haber acudido a comulgar, quedó "oficialmente" zanjado ayer con una reunión propiciada por el alcalde, Antonio García, pero que no fue anunciada.

En el encuentro participaron, además de la primera autoridad local, el cura, Víctor Jimeno, festeros de la Aurora y sus padres. Todos ellos, sin querer hacer ningún tipo de declaración posterior, se limitaron a emitir un comunicado con el ruego de que este episodio no vuelva a ser aireado.

En ese comunicado, de apenas cinco líneas, los presentes acordaron "reivindicar la inocencia de Rubén Costa en el acto que se produjo en la misa de la Divina Aurora", y concluyen indicando que "tanto los festeros como el párroco se piden mutuamente disculpas y se da por zanjada esta cuestión".

Las disculpas de los festeros se deben tanto al hecho de que uno de ellos tirara la hostia durante la misa del sábado como por la mofa que de ese suceso hicieron durante la cabalgata de la tarde del mismo sábado. Como informó Levante-EMV, varios de ellos parodiaron la escena en la que el sacerdote agredió a Rubén Costa después de la misa.

Por parte del cura Jimeno, sus disculpas se deben justamente a esa agresión. El religioso fue el primero en pedir perdón públicamente, a los pies del altar, la misma noche del incidente, y reconoció que sufrió un ataque de nervios cuando alguien le comunicó que un festero había tirado al suelo la sagrada forma.

Según ha podido saber este periódico, la reunión, que tuvo lugar en el salón de plenos del ayuntamiento, duró cerca de hora y media, y transcurrió en un clima de entendimiento, sobre todo para evitar que el episodio pueda dividir a familias del pueblo o que enfrente a algunas de ellas con el sacerdote.

Posteriormente el alcalde de la localidad, que valoró muy positivamente el encuentro pero evitó hacer ningún tipo de declaración, recordó que "Ròtova es un pueblo muy religioso" y que por ese motivo había mediado para que el conflicto se apaciguara.

Según señaló Antonio García, en la reunión cada uno asumió sus hechos y la intención es que mañana viernes los festeros de la Divina Aurora que protagonizaron el incidente acudan a una misa que será oficiada por el sacerdote que agredió a uno de ellos. El escenario donde se produjo el incidente será el que acoja el último gesto de reconciliación.