Jean-Louis Guereña detalla en su libro "La prostitución en la España contemporánea" todas las variedades legislativas por las que ha pasado la prostitución. Según se cuenta en este libro, entre 1869 y 1935, se promulgaron reglamentos sobre la prostitución en las ciudades más pobladas de España.

En 1875 se inicio una campaña abolicionista que defendía los derechos de la mujer.

En 1932 y 1935 se promulgaron dos decretos que suprimieron cualquier tipo de impuesto sobre la actividad y calificaban la prostitución como un medio ilícito de vida. Estas medidas eran transitorias hasta la aprobación de la nueva Ley de Sanidad. Pero la Guerra Civil dejo el asunto en el aire.

Durante el franquismo se promulgaron dos decretos abolicionistas en 1956 donde se calificó la prostitución como "tráfico ilícito". Se clausuraron burdeles y la prostitución quedó en una situación de absoluta clandestinidad.