Dos recibos de contribución emitidos por ayuntamientos diferentes, pero una única vivienda. Esta ha sido durante años la experiencia de la familia de Teodoro Borrás entre Faura y Benifairó de les Valls. A pesar de que hoy la situación se ha subsanado, la anécdota no ha desaparecido de la memoria colectiva.

"Todavía hoy la gente viene a comprar y pregunta, ¿aquí estoy en Faura o en Benifairó" afirma Teodoro, un vecino de Benifairó que durante años sufrió el embrollo de tener una tienda de ropa adscrita a dos municipios. "La casa de enfrente ha sido siempre de Faura y ésta sólo al 50 por cien. Si estabas en la parte próxima al barranco era Faura y la otra mitad de Benifairó", comenta. "Mi tío hizo muchos viajes al catastro para intentar solucionarlo puesto que tenía que ir a pagar los recibos a dos ayuntamientos", recuerda. Ahora, el problema se ha subsanado con un acuerdo entre los consistorios.

La situación de Textiles Borrás se remonta más de cien años atrás. El perfil catastral de los pueblos debería haber sido el barranco que los delimita físicamente. Sin embargo no fue así. Los casos de indefinición parecían en ocasiones surrealistas. "Los ancianos contaban que si te morías en una parte de la casa, te daban sepultura en Faura, si lo hacías en la otra, en Benifairó".

En cuanto a la pertenencia a uno de los dos pueblos los Borrás se declaran "rifeños", hijos de Benifairó. "Andamos por la cuarta generación en este negocio y siempre hemos pertenecido a este pueblo", señala. Pero los vecinos de la acera de enfrente son de Faura.

Son anécdotas que no solucionó el proyecto de unir ambos creando la Villa de la Unión en 1885. "Esta casa ya existía cuando se impulsó la Villa de la Unión, pero tras su desaparición todo siguió igual", narran. Una frustrada unión ni siquiera pudo eliminar los difusos límites de los términos municipales.

Recuerdos de la lejana Villa de la Unión

"La Villa de la Unión, compuesta por los antiguos pueblos de Faura y Benifairó de les Valls, es una población puramente agrícola", según las órdenes escritas por el secretario del municipio creado hace más de 100 años, que luego desapareció. Esta unión comenzó en 1885 y prolongó su vigencia hasta el 1 de julio de 1902. Ahora, la crisis ha devuelto actualidad a la Villa de la Unión. La singularidad de los municipios de la Vall de Segó, especialmente Faura y Benifairó, propiciaría una fusión apacible. Sin embargo no es, ni tampoco será así, a tenor de la voz de los protagonistas. "Faura es y seguirá siendo Faura, con sus particularidades, fiestas, sistemas productivos, inercias y patrimonio", comentaba su alcalde Antoni Gaspar. Plantear a los alcaldes de les Valls la posibilidad de crear una nueva Villa de la Unión es insostenible actualmente. Sin embargo mancomunar servicios, aunar esfuerzos, centralizar recursos e impulsar iniciativas comunes se ha convertido en la política más fuerte de los gestores municipales. La Mancomunitat les Valls ostenta hoy la competencia de los servicios sociales y la gestión de residuos. "Pensar en una unión con la Villa como modelo me resulta imposible, es absurdo e inviable. Sin embargo agruparnos para mejorar servicios es clave" destaba Francesc Huguet, alcalde de Quartell.