En el entorno del cauce del río Albaida, justo donde hace miles de años el hombre de neandenthal se tomaba un trago de agua antes de acostarse en la Cova Negra, el biólogo Salvador Argente ha conseguido catalogar hasta 15 especies distintas de libélulas. El hallazgo seguro que no tendrá tanta trascendencia internacional como el parietal del hombre prehistórico encontrado en este yacimiento declarado BIC, pero para los estudiosos de este tipo de ecosistemas desequilibrados supone la constatación de que la calidad de las aguas del río Albaida ha mejorado hasta el punto de acoger larvas de libélulas.

Desde que las aguas residuales e industriales que acaban en el río Albaida pasan antes por las depuradoras instaladas más arriba, la fauna invertebrada del entorno del paraje natural de la Cova Negra, que abarca los términos de Xàtiva, Genovés y Bellús, ha crecido en número y diversidad. Aunque en ocasiones este notable incremento se manifiesta en forma de plaga, como ha sucedido estos años con la mosca negra, conforme mejoran las condiciones del agua aparecen los depredadores que restablecen el equilibrio natural, como es el caso de las libélulas: "Son depredadores voraces. Pese a sus dimensiones, con capaces de comer un centenar de insectos en un día", ha constatado el autor del estudio.

Para realizar este recuento y el análisis de los resultados obtenidos, Argente ha contado con la ayuda de José Vicente Bataller, experto de la Conselleria de Medio Ambiente, que le propuso descubrir e identificar el mayor numero posible de especies de libélulas en este paraje natural. "El objetivo es crear una reserva de fauna, similar a la que existe en el río Cazuma, en Bicorp, donde ya se han catalogado un número de especies similar", explica Argente.

Si bien las especies encontradas son bastante comunes, ha explicado el biólogo de Xàtiva, el hecho de que se encuentren en abundancia y que hayan aparecido especies endémicas levantinas -platicnemis latipes y platicnemis acutipennis-, hace aún más interesante el estudio. "Incluso esta segunda está considerada por el Consejo de Europa como una especie rara".

El profesor Argente reconoce que no esperaba encontrar tanta diversidad de especies: "Cuando observas el paraje es cuando te das cuenta de que es lógico que vivan tantos tipos de libélulas y, sobre todo, ahora que la calidad del agua ha mejorado tanto".