Los socialistas saguntinos parecen haberse sumido en una calma chicha tras los resultados de las primarias que situaron a Manuel Carbó, por una mínima diferencia de ocho votos, como candidato para las próximas elecciones que se celebrarán dentro de poco más de siete meses. La incógnita es saber hasta que punto nos encontramos ante un episodio más de la tradición socialista saguntina y se trata de la típica calma que precede a la tempestad.

Todo indica que Carbó será confirmado como cabeza de cartel en la próxima reunión del comité federal del PSOE que se celebrará el próximo sábado 23 de octubre. Y ello a pesar de que algunos sectores próximos al derrotado José Luis Chover aún confiaban en que el órgano federal diera la sorpresa y optara por promover un candidato alternativo en ese último momento, más próximo a este sector presuntamente alartista.

Sin embargo, una vez refrendados los resultados de las primarias por la dirección nacional del PSPV, y ante la delicada situación general del partido, nadie espera ahora ningún golpe de timón desde Ferraz. Por eso las miradas comienzan a ponerse en la elección de una nueva ejecutiva que normalice la situación en la agrupación de Sagunt.

Elección de una nueva ejecutiva

Por lo pronto, Manuel Carbó ha sido el primero en abogar públicamente por esta elección de cargos. El ex secretario general de la disuelta ejecutiva local, que ha adelantado su decisión de no optar a ese cargo, tendría a su favor la actual mayoría por la mínima, lograda gracias a sus partidarios, pero sobre todo al apoyo de militantes descontentos con Chover.

Sin embargo, en el partido preocupa que esta perspectiva repita en pleno periodo electoral la división existente antes de la gestora entre los seguidores de la dirección local y el grupo municipal. Las únicas diferencias radicarían en la desaparición de la familia liderada por Miguel García -lo que hace menguar la distancia numérica entre sectores- y por un trasvase de apoyos: Francisco Crispín se ha acercado a Chover y sectores alartistas jóvenes críticos estarán más cerca de Carbó.

Una perspectiva de división que parece favorecer una prorroga, por el momento indefinida, de una gestora que debía haber finalizado su mandato en octubre.