Le cortaron las orejas, le hicieron sangrar por varias partes del cuerpo y lo abandonaron entre la basura en una zona de montaña de Sagunt. El destino de este pequeño galgo de 6 meses de edad parecía inevitable hasta que los responsables de una protectora de animales lo encontraron por casualidad hace unos días junto a unos contenedores. Entonces, su suerte empezó a cambiar. Sin embargo, hizo falta estar tres días llevándole comida hasta que el animal se acercó lo suficiente y pudieron cogerle. "Luego, cuando llegó a nuestras instalaciones no paró de comer en todo el día. Pero se le veía horrorizado; cuando vio que un compañero alzaba los brazos para subirse una camiseta, huyó espantado", explicaba Marga Masyedra desde "El Refugio de Tula".