Un vecino de Alcàsser, Vicente Bensach Espuig, fue el responsable de que el alzamiento del bando nacional en Valencia fracasase en 1936, según desvela el historiador Antoni Simó en su libro "Alcàsser. Biografia d'un poble en guerra (1931-1941)", que ayer presentó en el Centre Cultural de la localidad y en el que analiza la figura de sus paisanos fallecidos, ya fueran republicanos o nacionales.

Vicente, conocido como "Batiste la Roja", estaba de voluntario en el Regimiento de Caballería, en Valencia, donde actuaba de asistente de su coronel, Juan Muñoz. Éste le ordenó entregar varios sobres que contenían las órdenes de insurrección para los regimientos Wad-Ras, Otumba 9 de Artillería -en la Alameda- y el destacamento del polvorín de Paterna.

Sin embargo, Vicente Bensach no acató el mandato de su superior y, conocedor del contenido de las misivas, en lugar de entregarlas a sus destinatarios, las remitió al Gobierno Civil republicano. Según la documentación consultada por el autor, el gobernador, Braulio Solsona, recibió el 16 de julio de 1936 las cartas que le confirmaban la existencia de una conjura contra la II República.

Los dos días siguientes, las 48 horas previas al alzamiento, Valencia fue un nido de intrigas y sospechas: sabedores unos de que algo se preparaba contra el gobierno, y conocedores otros de que alguien, un soldado, les había traicionado. En este ambiente repleto de tensiones y maniobras, los militares que urdieron la conspiración llegaron a perseguir a Vicente Bensach, que tuvo que permanecer oculto, con protección personal incluso, en el interior de la sede del Gobierno Civil.

Como recompensa, "Batiste la Roja" fue nombrado guardia republicano, pero ese reconocimiento se volvería contra él poco después, cuando estalló la guerra y el bando nacional comenzó a acorralar a la República. De hecho, Vicente Bensach Espuig tuvo que huir al exilio francés, donde murió hace más de una década sin llegar a regresar jamás a su pueblo natal.

Su historia la conocemos hoy gracias al testimonio oral de quienes vivieron aquellos días cerca de Vicente, entre ellos José Almudéver, Galló, otro hombre de Alcàsser. Tanto él como otros 117 vecinos echaron mano de su memoria para relatar al autor durante ocho años sus experiencias vitales en la guerra civil y la posguerra.

Parroquias de Castelló ofrecen misas en honor a Franco y José Antonio

Después de 35 años de la muerte del dictador Francisco Franco, los fieles al Caudillo, así como al falangista José Antonio Primo de Rivera, seguirán recordándoles hoy, sábado, con misas en su memoria que se realizarán en distintas parroquias de todas las comarcas de la provincia de Castelló. A modo de ejemplo, las misas se oficiarán en puntos como la Concatedral de Castelló a las once de la mañana, en la parroquia de San Pedro de Segorbe, o en municipios de la Plana Baixa, como los casos de la Vall d'Uixó (parroquia del Santo Ángel, mañana a las 19 horas) o la Vilavella. Pero el caso, no es único de la provincia de Castelló, sino que las celebraciones litúrgicas en memoria del dictador siguen celebrándose en muchas capitales de provincia, grandes ciudades y municipios pequeños. Habitualmente están solicitadas por fieles particulares, pero en otros casos son grupos falangistas o de extrema derecha quienes las proponen. También, en algunas ocasiones han creado polémica dichas celebraciones, e incluso ha habido algún enfrentamiento entre sectores ideológicos opuestos o concentraciones de protesta frente a la iglesia donde se ha celebrado. Consultado el obispado, se ha descartado que las parroquias organicen por sí mismas alguna misa especial o funeral por Franco y José Antonio, sino que, según el portavoz del Obispado, Miguel Simón, "las intenciones de las misas están encargadas por particulares y habitualmente suelen pedir el sufragio por una persona bautizada que ha muerto".