"Mi madre y yo estamos destrozadas. Saber que el cura que mató a mi hermano fue luego vicario en Lleida y murió bien arropado por la Iglesia en una residencia ha sido muy duro. Siempre nos dijeron que lo excomulgaron. Y estábamos convencidas de ello. Ahora sabemos que la Iglesia nos engañó. Es indignante ver que luego le permitió seguir en activo tras matar a un niño de 9 años". De este modo se expresaba la hermana del niño asesinado en 1971 en el Port de Sagunt al conocer a través de Levante-EMV que el religioso condenado por aquel crimen, José P.B., siguió ejerciendo años después en una parroquia del barrio de La Bordeta de Lleida.

La mujer aseguraba que ha sido un auténtico "mazazo" para su familia saber que aquel asesino no fue apartado de la Iglesia. "Teníamos la esperanza de que hubiera pagado su merecido, cumpliendo su pena y siendo excomulgado. Eso es lo que nos dijo la Iglesia y todos, pero nos mintieron. Afortunadamente, él murió en 2002 y aunque yo ya no creo en nada, sólo espero que se esté pudriendo en el infierno", aseguraba al tiempo que admitía que su madre "está muy afectada desde que conoció la nueva noticia y no ha podido dormir bien sólo de pensar que a ese asesino le siguieron dando cobijo otros curas".

La hermana del pequeño tampoco se explica "cómo la Iglesia lo tapó todo, por mucho que nos dijeran entonces, y permitió que un asesino condenado por matar a un niño de 9 años trabajase de vicario como si nada y luego muriera bien arropado en una residencia".

Para ella, tampoco es justificación que todo ocurriera durante la dictadura franquista. "Está claro que en esa época era todo distinto y no se podía decir nada. Por eso, ahora va saliendo todo. Aquello fue algo muy dramático y desgraciadamente creo que él no era el primero ni será el último".

Aunque otro sacerdote que trabajó aquellos años en La Bordeta precisó a este diario que J.P.B. se limitaba entonces a oficiar misas y no tenía responsabilidad en la parroquia, la hermana del monaguillo asesinado veía indignante aquella decisión. "No me importa que digan que no tenía relación con más niños ni responsabilidades en la parroquia. En una iglesia siempre hay niños alrededor. Siempre. Y a mi hermano lo violó antes de matarlo. El día antes de irse destinado a Barcelona, le dio nada menos que 58 puñaladas y lo tiró por una escalera. Luego intentó tirar su cuerpo a un pozo ciego, pero no le dio tiempo. Así que, que no hablen de enajenación mental parcial, como decía la sentencia. De loco tenía muy poco. Llegó a decir que era niño muy guapo para estar en este mundo", afirmaba.

Al conocer que otro religioso ha incluido al asesino de su hermano en una publicación sobre padres paúles de Mallorca que dieron testimonio de fe, a la mujer se le acababan las palabras. "Realmente, no entiendo nada. No sé quién ha escrito eso, pero es para decirle cuatro cosas...", comentaba.

Un hecho "que no se supera"

40 años después de que se cometiera el crimen, ella reconoce que aquel suceso "hizo polvo a la familia" y que "no se puede superar". De hecho, admite que aún evita pasar por la iglesia donde sucedió todo aquel 2 de marzo de 1971. "Intento no acercarme por allí. A lo mejor es algo psicológico, pero como sucedió allí no quiero ni verla", reconocía al tiempo en que añadía: "Algo así no se supera en la vida y eso que ha pasado mucho tiempo. Mi madre lo lleva fatal y no se le va de la memoria. Ahora está muy delicada y lo que no me gustaría es que la gente empezara a pararla por la calle a preguntarle por todas las novedades que hemos sabido por el periódico", apuntaba.

La mujer agradecía no obstante que al final se saque a relucir la verdad aunque apuntaba: "Yo siempre he intentado pensar que no todo el mundo en la Iglesia es igual, pero esta gente se ve que toda es igual. Tanto que hablan ellos y luego son una pandilla que se tapan unos a otros", decía con rabia.

"Lo incluí en mi obra sobre mallorquines

ejemplares porque era de la familia de Paúl"

La inclusión del cura condenado por matar a un niño en el Port de Sagunt en una obra sobre mallorquines ejemplares ha causado verdadero estupor entre la familia del pequeño.

Este libro escrito por el religioso Josep Barceló Morey incluye pequeños retratos biográficos de 121 padres paúl formados en La Missió de Palma de Mallorca que, en su opinión, "son de verdad testimonio" y "misioneros con la única ambición de hacer el bien". Por ello, cuando ayer fue preguntado por Levante-EMV por las razones que le llevaron a dedicar un capítulo a J.P.B. en una obra como ésta, se limitó a contestar: "Lo incluí porque era de la familia de Padres Paúl. No tengo más razón que explicar ni nada que decir. Cualquiera puede leerlo y pensar lo que quiera", dijo sin querer entrar a valorar nada más, ni precisar por qué en su relato sobre el religioso condenado por asesinato omitió cualquier referencia al crimen y se limitó a indicar: "Trabajando como vicario en Puerto de Sagunto tuvo un problema muy grave, que asumió con fortaleza y humildad". m.a. sagunt