El juzgado de lo mercantil número 2 de Alicante ha declarado en concurso de acreedores (antigua suspensión de pagos) a la mercantil Acuario Espai de Salut, S. A., creada en 1986 y que gestiona el hospital Acuario de Beniarbeig, pionero en España en partos naturales y en interrupciones voluntarias del embarazo. La empresa solicitó el concurso voluntario de acreedores al encontrarse en una situación de "insolvencia inminente" al no poder cumplir "regular y puntualmente" con sus obligaciones. La mercantil hizo constar un activo de 6.479.351 euros y un pasivo (deudas) de 4.114.174 euros.

Aunque esta empresa se creó hace 25 años, la clínica Acuario de Beniarbeig funciona desde mucho antes. Se abrió en 1979 y, desde entonces, revolucionó las técnicas de obstetricia. El ginecólogo Pere Enguix aplicó la filosofía de los nacimientos sin violencia (se reduce el trauma del bebé). La atención a la embarazada era familiar y se hacía del parto un acto sagrado. El método funcionó, ya que la clínica tenía el menor índice de cesáreas y epidurales de España. En 1986, la Conselleria de Sanidad le concedió la acreditación para practicar abortos. El hospital llegó a contar con un centenar de trabajadores y 25 especialidades médicas.

Ahora, quedan unos cincuenta empleados, que viven una situación de total incertidumbre. Llevan tres meses sin cobrar sus nóminas. Además, han sufrido recortes en los sueldos. El pasado mes de octubre, tuvo lugar un acto de conciliación en el Tribunal de Arbitraje Laboral de la Comunitat Valenciana entre el comité de empresa, el sindicato FSP-UGT y un representante de la mercantil. Se acordó el "descuelgue salarial" del convenio colectivo. Los sueldos se redujeron en un 22,8% y se congelaron mientras continuaran las pérdidas. Ya entonces varios empleados estaban inmersos en un ERE de reducción de la jornada laboral (no se les aplicó el recorte salarial) y, además, estaba en marcha otro ERE que suponía el despido de 18 trabajadores.

Ahora, según ha sabido Levante-EMV, la empresa plantea otra reducción de sueldo del 23% que los empleados han recibido con gran malestar, pues consideran que son ellos los que pagan los errores en la gestión económica y la falta, por la dirección empresarial, de un plan de viabilidad para salvar al hospital de un cierre que cada día ven más próximo. A este clínica, que fue referente de un concepto de sanidad familiar y humana, se le ha atragantado la crisis. En 2007, la rentabilidad cayó un 252%. Comenzaba la agonía económica que ha llevado a este hospital de prestigio a la UVI del concurso de acreedores.