Tras meses comiendo peras y manzanas, la llegada de las naranjas a Dinamarca representa "un poco de sol". Y deslumbrados se han quedado dos críticos gastronómicos daneses con la calidad de la navelina que la cooperativa agrícola de Algemesí (Copal) comercializa en los supermercados SuperBrugsen. "Se destaca de las demás y del gusto de la mayoría", asegura el crítico gastronómico Søren Frank, que ha participado con el escritor especializado en temas alimentarios Nana Simonsen en una cata a ciegas organizada por el diario Fri, de tirada nacional y que elabora dosieres exclusivos sobre alimentación.

La navelina de Copal ha obtenido 5 estrellas sobre 6 en la cata realizada por estos dos expertos y en la que se han comparado ocho productos (navel y navelina) procedentes de España, Grecia e Italia, entre ellas un par de lotes de naranjas orgánicas. A priori, como reconocen los dos críticos en el reportaje redactado por Kitt Andersen, esperaban un sabor más intenso en las naranjas orgánicas, sin embargo precisamente éstas son de las que peor nota logran: "No es comestible. Una de las peores. Muy agria y poco gusto", dicen de una navel orgánica italiana; mientras que de otra de Grecia indican que "sabe a pescado pero es muy jugosa".

"Por primera vez, la experiencia del sabor nos lleva a alabar al fabricante", dice Søren Frank de la navelina de la Copal.