Sofia y sus amigos estudian en un instituto de la ciudad de Valencia. Tras acabar los exámenes, el viernes por la noche se disponían a acudir a la fiesta. Habían adquirido las entradas 4.998, 4.999, 5.000 y 5.001. No pudieron coger el autobús por la saturación y tuvieron que llamar a un taxi. Una vez allí, soportaron una cola de casi dos horas y no llegaron a entrar al local. "La gente nos arrastraba, nos empujaba, había pisotones y todo tipo de golpes, había chicas a las que tuvimos que sacar con ataques de ansiedad y de pánico. La gente gritaba y lloraba después de tanto tiempo atrapados allí", explica este grupo. Cuando pudieron salir de aquel tumulto con los pies sangrando por los cortes y golpes ocasionados por los pisotones, sin llegar a los controles de seguridad, llamaron a sus padres para que fueran a por ellos. Estas familias llamaron a la discoteca para quejarse y anuncian que interpondrán denuncias.

José Carlos, otro de los asistentes a la fiesta, explica que cuando llegó, pasada la 1.30 de la noche, un seguridad de la discoteca le indicó que "había cola para más de dos horas", así que se quedó en el aparcamiento. A las cuatro de la mañana dice que intentó volver a entrar y también era imposible, por lo que optó por marcharse. Desde la discoteca explican que durante la semana atendieron unas 600 llamadas de padres que pedían información sobre la fiesta. l.s.valència

Fue todo menos una celebración y pudo acabar en tragedia. La fiesta de graduación que albergaba el viernes por la noche una discoteca de la Pobla de Vallbona para alumnos que habían superado la educación secundaria y para estudiantes de la facultad de Magisterio de Valencia se convirtió en una auténtica pesadilla con medio centenar de heridos leves y cientos de personas que no pudieron acceder al recinto tras casi dos horas de cola. Algunos asistentes anuncian denuncias contra los organizadores mientras que la discoteca asegura que va a emprender acciones por la venta de "centenares" de entradas falsas, que provocó la llegada de más de 5.000 personas y el tumulto en el exterior que derivó en la mayoría de daños.

Según explicaron fuentes de la discoteca, una empresa organizadora de este tipo de celebraciones les ofreció albergar dos tipos de fiesta; una para alumnos que acababan el ciclo de secundaria y de entre 16 y 18 años, y otra para los universitarios de Magisterio. El local tiene un aforo máximo de 2.700 personas. Destinó dos de sus salas a la primera "con barras donde no se servía alcohol y donde estaba prohibida la entrada de menores de 16 años", asegura el local, y la tercera sala fue para los licenciados.

La discoteca utilizó a su red de vendedores para ofertar las entradas y unos días antes se habían acabado. No obstante, la dirección explicó ayer a Levante-EMV que detectó que seguían vendiéndose entradas por lo que avisó a la Policía Local y utilizó diversos medios para avisar de una posible falsificación, entre ellos su página web y su Facebook. Ayer aún podía leerse uno de los anuncios. "Se ruega que nadie compre entradas de reventa ya que posiblemente sean falsas. Sólo serán válidas las entradas emitidas por la empresa", decía el aviso.

La mayoría de jóvenes consultados afirman que compraron las entradas a través de personas con las que contactaron en redes sociales, como hacen habitualmente. El pago incluía el transporte con salida en distintos puntos de Valencia y la entrada.

La primera barrera con la que toparon fue precisamente el autobús. "Llegaban llenos y con personas que iban de pie y no podíamos subir", explican. Algunos se quedaron en tierra, otros tuvieron que esperar nuevos viajes y hubo quien tuvo que pagar un taxi hasta la Pobla de Vallbona.

Al llegar allí, la discoteca había habilitado cinco accesos con controles de seguridad, entradas y DNI. Pero al confluir en ese espacio más de 5.000 personas se produjo un tumulto que generó colas de más de dos horas.

Los afectados denuncian que se vieron atrapados en una cola que les arrastraba y donde había todo tipo de empujones y golpes. Tras más de una hora de cola, se produjeron ataques de ansiedad, de pánico y gritos, que provocaron llamadas de auxilio al 112. La mayoría no llegó a los controles.

Desde la discoteca se indica que los controles detectaron "desde centenares de menores de 16 años a los que no podíamos dejar pasar, muchísimas personas que intentaban acceder sin entrada, y muchas entradas falsas". "Lo que no podíamos permitir era la entrada indiscriminada porque, por encima de todo, tenía que respetarse el aforo en el interior donde no hubo ningún incidente", explican desde el local. La discoteca ha logrado averiguar "nombres y apellidos" de las personas que vendieron entradas falsas y su responsable asegura que el lunes interpondrá una denuncia.

Una decena de llamadas al 112 para pedir auxilio hasta las 6 de la manaña

El número de emergencias 112 recibió durante la pasada madrugada del viernes hasta 10 llamadas diferentes alertando de lo sucedido a la entrada de la discoteca y solicitando ayuda tanto para asistencia sanitaria a causa de varias intoxicaciones etílicas como por seguridad ciudadana a causa de la aglomeración de gente. La primera llamada se registró a las 2.10 y continuaron hasta las seis de la mañana e inmediatamente se derivaron a la Policía Local y a la atención médica. Hasta las puertas del recinto llegó un médico del Centro de Salud de la Pobla de Vallbona y una unidad de Soporte Vital Básico (SVB) para atenderles. La Policía Local de la Pobla de Vallbona confirmó hasta siete casos de coma etílico durante la noche, de los que cuatro tuvieron que ser trasladados al hospital del Arnau. Todos ellos, según ha podido saber Levante-EMV eran menores de entre 16 y 17 años. n.l. la pobla de vallbona