El incendio originado el martes en Llombai ha quemado 104 hectáreas, la mayoría en el término vecino de Real. Tras casi 30 horas desde el aviso, a las 16 horas del martes, el Centro de Coordinación de Emergencias dio por controlado el incendio ayer a las 20,30 horas. Durante la jornada de ayer, efectivos aéreos y brigadas permanecieron en la zona tras lograr estabilizar el incendio para refrescar la sierra y sofocar los incendios que se reproducían dentro del perímetro, donde quedaba aún "una importante masa de combustión", según indicó el conseller de Gobernación, Serafín Castellano, en Llombai.

En monte llombaíno, dentro del paraje natural municipal Els Cerros, se quemaron 20 hectáreas. El entorno de la Cova de les Meravelles, reserva de murciélagos y donde parece que comenzó el fuego de manera fortuita, ha quedado calcinado, aseguró ayer el alcalde de Llombai, José Forés. La superficie arrasada representa casi un 10% de Els Cerros, el paraje más pequeño de los tres con que cuenta esta localidad, la única con tres reservas forestales y que acumula un 11% del suelo protegido provincial.

El martes por la noche, el renacer de las llamas y la variabilidad del viento amenazaba la zona de arbolado más densa de Els Cerros, la Atalaya: "Hubiera pillado de pleno Els Cerros pero se paró antes, amainó un poco el viento y lograron controlarlo", explica Forés. En Real aunque la zona quemada no contaba con ningún tipo de protección era la "más verde de la Vall dels Alcalans", según el alcalde, Alejandro Blasco. La Serreta es una pinada adulta, destacan desde Emergencias, con árboles de más de 50 años y abundante matorral, lo que facilitó la expansión del fuego.

Frenar el avance hacia las casas

La mayor preocupación de autoridades y efectivos fue evitar que las llamas afectaran a las zonas pobladas de ambos enclaves. Tanto el Marquesat como la Vall dels Alcalans son zonas de urbanizaciones, chalés dispersos y segundas residencias. En Llombai, a primera hora de la tarde se desalojaron unos 25 chalés de la urbanización El Arquillo. Ayer a primera hora de la tarde, los inquilinos de más de una decena de viviendas en esta zona seguían si poder acceder a ellas, según informó el alcalde.

Desde el Centro de Coordinación de Emergencias se insistía en que la orden de evacuación dada el martes permanecía ayer en vigor. También para los vecinos de Real, donde se evacuó a alrededor de 200 personas en más de medio centenar de chalés de la Serreta. A pesar de esta prohibición, numerosos vecinos permanecieron en sus chalés la noche del martes.

Hasta las doce de la noche, Juan y Fina, un matrimonio de Picassent, no se fueron a dormir. Recogieron todas sus cosas y dejaron el coche preparado para salir "si había peligro". "El fuego estaba ahí mismo", señala Fina a lo alto del camino.

Desolados por el desastre

Helen y Jean, dos inglesas que viven en la Serreta Alta, junto al barranco donde se frenó el avance de las llamas, sí abandonaron la casa y se alojaron con unos amigos. Aseguran que brigadistas y bomberos "trabajaron muy duro para controlarlo". "¡Es una lástima! ¡Toda la montaña en llamas!", lamenta Jean. También siente la quema de la pinada Manuel, natural de Lugo y residente en la Serreta. La Policía Local le avisó de que tenía que dejar su casa y se marchó. Manuel asegura que el monte estaba limpio de rastrojos. No opina lo mismo François, ingeniero agrícola y vecino de Real, que dice que el matorral tapizaba toda la Serreta porque desde hace más de 20 años "ahí no ha entrado ganado a desbrozar".

Alojamiento para los evacuados

El Ayuntamiento de Real abrió ayer el polideportivo municipal para facilitar el alojamiento de los evacuados. Algunos vecinos se quejaron de que residentes de la Serreta "tuvieron que pasar la noche por el término por falta de un sitio donde dormir", según denunció un agricultor llamado Ezequiel.

Buscan a un pirómano en Canals

Los incendios en Canals son recurrentes durante el verano. Sólo el martes, se registraron dos fuegos en diversos parajes del municipio, cuyo autor, según señalan las autoridades municipales, podría ser el mismo por lo que han puesto en marcha un dispositivo policial para facilitar su captura. El primer incendió se detectó por la mañana en el lecho del río Canyoles, que atraviesa el municipio, a la altura del Pont del Escorxador, que fue extinguido no sin problemas por el viento. Por la tarde otro pequeño conato en un pinar de la Tira del Rei movilizó a los trabajadores de un polígono cercano.