El administrador único de Alzicapital, Alberto Castillo, que desapareció el pasado 31 de mayo provocando el desasosiego en cientos de inversores que le habían confiado sus ahorros, está ya localizado y a buen recaudo. El juzgado de primera instancia e instrucción número 6 de Alzira ha decretado su ingreso en prisión provisional, comunicada y sin fianza acusado de un presunto delito de estafa, según confirmaron ayer fuentes del Tribunal Superior de Justicia. Castillo fue localizado y detenido el viernes por la tarde por agentes del Cuerpo Nacional de Policía cuando, 46 días después de su desaparición, se encontraba en una cabina de teléfonos de Nules (Castellón), hasta donde había llevado una investigación en la que ha participado la Unidad de Delitos Económicos. Desde la Jefatura Superior de Policía detallaron ayer que el empresario fue detenido como presunto autor de una estafa piramidal que puede alcanzar varios millones de euros -la relación de clientes afectados se extiende por varias provincias españolas y 130 de ellos se han personado en el juzgado a través de una plataforma constituida en Alzira- y por usurpación de estado civil. Los agentes le intervinieron en el momento de la detención un juego de llaves, un DNI a nombre de otra persona, 142 euros y dos trozos de papel con diversas anotaciones manuscritas.

Alta rentabilidad como reclamo

Las denuncias de afectados por la desaparición del que se había convertido en el nuevo mecenas del deporte local a través de la firma Alzicapital, una empresa dedicada a inversiones de alto rendimiento que pagaba a sus clientes intereses de entre un 5% y un 8,5% mensual, un 60% anual, lo que se convertía en el mejor reclamo para captar nuevos fondos -Castillo también es administrador único de la empresa de apuestas Alzibet y de otras dos firmas más-, dio origen a una investigación que llevó a las fuerzas de seguridad a sospechar que que el empresario podía haberse ocultado en una localidad de la provincia de Castelló hasta que, tras diversos dispositivos de vigilancia, el viernes fue localizado y detenido en el término de Nules.

Fuentes policiales confirmaron ayer que los contratos de inversión se formalizaban en contratos de préstamos con una de las empresas, pero los fondos eran desviados a otra sociedad, en este caso Alzibet, cuyo capital social se había constituido en Costa Rica en 2007, "siendo el sospechoso el único accionista desde agosto de 2010". El dinero de los inversores se utilizaba para realizar apuestas a través de internet.

En los 46 días que ha durado esta misteriosa desaparición, Alberto Castillo sólo ha dado señales de vida a través de un comunicado en el que, el pasado 18 de junio, aseguraba que le habían obligado a abandonar su vivienda, que había estado retenido y que, si bien el dinero estaba a salvo, el bloqueo de las cuentas le impedía afrontar los pagos. La información facilitada ayer por la policía atribuye la difusión de este comunicado a empleados del propio Castillo.

Supuesto fraude piramidal

Se desconoce tanto el importe total que puede alcanzar esta presunta estafa piramidal como el número de afectados, si bien a principios de junio los abogados que asumían la representación de algunos afectados llegaron a hablar de entre 20 y 30 millones de euros y entre 1.600 y 2.000 afectados, en gran parte de Alzira, pero también de Bilbao o Las Palmas. Alzicapital también tenía delegaciones en Valencia, Madrid y Barcelona y comerciales en otras capitales.

La investigación, que pudo comprobar que unos días antes de la desaparición de Castillo algunos empleados le vieron sacar maletas de su domicilio junto con documentación, o que el disco duro de su ordenador había sido formateado, también constató que una de las sociedades no figuraba en el registro de la Comisión Nacional del Mercado de Valores de entidades autorizadas a prestar servicios de inversión en España, que la misma ya aparecía como entidad no registrada en el resumen de 2009 o que tenía una deuda con la Seguridad Social de 58.033 euros. Otra de las firmas adeuda 1.379,61 euros.

Creaba identidades

de apostantes sin

su consentimiento

La investigación policial también ha podido confirmar que el administrador único de Alzicapital había creado y gestionado "múltiples identidades de apostantes usando el nombre de terceras personas sin su consentimiento" hasta que un banco británico descubrió que las identidades creadas como apostantes y la empresa Alzibet, constituida en Costa Rica, "eran la misma persona y tenían una relación directa, por lo que, de manera inmediata, una importante cantidad de dinero quedó retenida en este banco". El 25 de junio era la fecha señalada para que se desbloqueara esta cuenta, lo que había generado ciertas expectativas entre los inversores, pero nada parece haber cambiado. Según ha constatado la investigación, las diferentes sociedades de Castillo han tenido abiertas cuentas bancarias en numerosas entidades y cuando el volumen de operaciones "se volvía sospechoso" y la entidad bancaria solicitaba una justificación de los movimientos del dinero, "el sospechoso cancelaba la cuenta y abría otra en otra entidad bancaria", según el comunicado difundido ayer por Jefatura.

El ajedrecista que ha puesto en jaque a cientos de ahorradores

Los inversores de Alzicapital crecieron como la espuma gracias al boca a boca tras años de puntualidad británica en el pago mensual de intereses, igual que la rentabilidad que ofrecía: hasta el 8,5% mensual. La desaparición de su administrador único, Alberto Castillo, dejó hace semanas sin aliento a cientos de ahorradores alcireños y de otros puntos de España que confiaron en un dinero fácil que pareció haberse evaporado y que confían recuperar tras la detención del empresario. El encarcelamiento del administrador de Alzicapital ayudará a dar luz sobre el presunto chiringuito financiero que no figura en listados de la Comisión Nacional del Mercado de Valores.

Profesor de Informática, experto ajedrecista y muy dotado para las matemáticas, Alberto Castillo vivía pegado al ordenador. Nunca se mostraba ostentoso y sí afable en el trato, aunque empleados que lo conocen desde hace años no dudan en calificarlo de "extraño", Alberto Castillo llevaba meses convertido en el mecenas del deporte de la capital de la Ribera.

Administrador único de al menos cuatro empresas, ofrecía productos comerciales relacionados con el mundo de las apuestas por internet

.carlos alós alzira