En noche cerrada se levantaba Paco Sáez a sus doce años para cargar los carros de piedras de la cantera de Godella. Hoy, medio siglo después, el niño que creció en les Pedreres cuenta con 66 años y la semana pasada se descargó el expediente para consultar el plan especial de protección de este paraje de l'Horta. A finales de junio se cerró el plazo para presentar alegaciones a dicho plan. Hadit Arquitectos, tras el encargo del consistorio, las ha estudiado para realizar las matizaciones necesarias. Ahora enviarán el plan a la Conselleria de Medio Ambiente y en un plazo de dos años esperan tener su beneplácito para aprobar la ordenación del suelo y comenzar a diseñar un parque público que ocupará 177.199 m2.

Hadit Arquitectos ha notariado la riqueza de la fauna y flora de este singular paisaje, fruto de la explotación humana. Se ha avistado una colonia de ocho cernícalos que anidan en las paredes de casi 30 metros del cantil, además de zorros, mochuelos o conejos. Las zonas que conservan su capa fértil albergan una flora valiosa como la orquídea mediterránea. Además, el plan tuvo en cuenta los resultados de la fase de participación ciudadana que plasmó que una mayoría vecinal no frecuentaba el lugar, pero todos los encuestados coincidieron en que la falta de uso es un "factor de degradación". Muchas de las alegaciones, "muestran la necesidad de explicar mejor el plan" comenta Jorge Gil, redactor del plan especial, quien advierte que han desestimado algunas como la de unos propietarios que "no quieren que las proximidades del cantil sean protegidas".

Una arista relevante de este plan reside en el traspaso del suelo de manos privadas a públicas. Actualmente los más de 360.000 metros cuadrados se reparten en 17 parcelas privadas, la mayor parte de ellas pertenecen a una constructora que además se asienta en la zona de más valor. A través del plan, el ayuntamiento negociará con los propietarios para intentar adquirir este terreno gratuitamente a cambio de futuras compensaciones urbanísticas en el próximo PGOU, y de esta forma convertir les Pedreres en un suelo dotacional público.

Hace casi treinta años que no se extrae la piedra "closa y dura" que hoy reposa en la Lonja, la Catedral de Valencia o el monasterio de San Miguel de los Reyes.