El alcalde de Alberic, Faustino Sala, cerró ayer uno de los frentes que mantiene abiertos con el anuncio de su dimisión como director del colegio público en el que trabaja. Al igual que ha sucedido en el ayuntamiento, donde la crisis que vive el PP le ha dejado aislado y con sus seis compañeros de grupo en contra, Sala también corría el riesgo de quedarse sólo en el colegio. La experiencia del curso pasado en el que compatibilizó la alcaldía con la dirección del centro ya generó malestar entre sus compañeros, que incluso le expresaron a finales de junio su negativa a participar en el equipo directivo del centro si se mantenía esta situación.

Nada ha cambiado con el inicio del nuevo curso, a pesar de los diferentes plazos que Sala ha ido dando para dar una respuesta en el colegio. Al parecer, contemplaba incluso la posibilidad de que una moción de censura le hiciera abandonar la alcaldía la semana pasada, pero la paciencia de sus compañeros se acabó al comprobar que nada de eso sucedía en el pleno del jueves y el día siguiente le dieron un ultimátum para que tomara una decisión, con la amenaza de dimisión de todo el equipo directivo y la advertencia de que ningún compañero estaba dispuesto a cubrir sus ausencias.

La respuesta de Sala llegó ayer con el anuncio de su dimisión como director -seguirá como maestro- que, al parecer, no se hará efectiva hasta la designación del sustituto.

Su renuncia como director del colegio es consecuencia directa de la situación que Faustino Sala vive en el ayuntamiento, ya que no ha podido sacar adelante la dedicación exclusiva que le hubiera permitido dedicarse de lleno a la gestión municipal.