Es sintomático: "Cuando una colonia de murciélagos de Cabrera se establece junto a un arrozal, se dejan de hacer tratamientos fitosanitarios en los alrededores contra la plaga del cucat de l'arròs". Miguel Ángel Monsalve, técnico de Biodiversidad de la Conselleria de Medio Ambiente, cree que la extensión de la población de estos murciélagos en los arrozales valencianos puede ser una alternativa para el control biológico de la plaga del barrenador del arroz (Chilo supressallis), que hoy por hoy produce entre un 3 y un 5% de pérdidas en los arrozales ribereños.

"Los tratamientos que realizan los labradores son muy caros", dice Monsalve. Precisamente, el pasado mes de marzo La Unió de Llauradors denunció la reducción a la mitad en tres años del presupuesto de la Conselleria de Agricultura para la lucha contra esta plaga, con lo que gran parte del gasto de las trampas de feromonas deben sufragarlo los propios productores.

La implantación de nuevas colonias de murciélagos de Cabrera junto a los arrozales podría frenarla. Y es que, según explica el técnico, existen experiencias exitosas desarrolladas en los arrozales del Delta del Ebro, donde se ha relacionado la reducción de la polilla del cucat con la presencia de colonias de este murciélago. Monsalve señala que es una especie que come gran cantidad de insectos y que, cuando aparece la polilla del barrenador, "cambia sus pautas de caza para adentrarse en los arrozales y alimentarse vorazmente de este insecto".

Con este objetivo, desde hace algo más de un año, las asociaciones Secemu (Asociación Española para el Estudio y la Conservación del Murciélago) y Roncadell, con la conselleria y de entidades privadas, vienen colocando refugios artificiales cerca de los arrozales para propiciar su colonización por los grupos de murciélagos de Cabrera que viven en la Devesa del Saler.

Esta misma semana, Secemu y Roncadell han instalado siete refugios en el Tancat de Mília, en Sollana, con la esperanza de que algunas de las colonias que ya han dado el salto desde La Devesa a El Palmar acaben por colonizarlos y se amplíe así el área de caza para atajar la plaga del cucat.

La Fundación Global Nature, que gestiona el Tancat de Mília, logró fondos para la compra de las siete cajas-refugio, de cuatro tipos diferentes, que han cedido a Secemu y Roncadell. Ambos las han colocado en una de las casetas del filtro verde del Tancat y se encargarán del seguimiento de las colonias.

En Sueca se instalaron varios refugios, cerca de la Montanyeta dels Sants pero "no tienen mucho éxito" porque están más lejos. No obstant, en el Tancat de la Pipa, en Catarroja, ya se avistaron en septiembre varios ejemplares".