­El PP ha cogido el bisturí para zanjar la crisis que vive el grupo municipal de Alberic y que ha llevado al ayuntamiento a una situación ingobernable. El alcalde, Faustino Sala, destituyó ayer a los seis concejales críticos y asumió todas sus competencias, a la vez que la gestora local, de común acuerdo con la dirección comarcal y provincial, tramitaba la apertura de un expediente sancionador por indisciplina contra tres de los ediles, el portavoz, Toño Carratalá; Francisco Bernal y Benjamín Nogués —los otros tres no están dados de alta todavía como militantes— que podría derivar en su expulsión.

La retirada de las delegaciones a los ediles del PP deja a Sala en una delicadísima situación ya que se encuentra completamente sólo al frente del ayuntamiento —hasta ahora cada concejal dirigía sus áreas aunque la descoordinación era evidente ya que no había comunicación entre los ediles y el alcalde— y toda la gestión municipal deberá pasar por sus manos a pesar de que no está liberado y su dedicación al ayuntamiento es limitada.

Gobierno de concentración

El presidente de la gestora del PP de Alberic, Blai Albarracín, anunció ayer que para salir de esta situación invitará al resto de grupos políticos a participar en un gobierno de concentración con el objetivo de garantizar la estabilidad del ayuntamiento, aunque aseguró no tener un acuerdo con nadie. «El PP no puede tolerar que una persona, sin ganar unas elecciones, quiera ser alcalde utilizando métodos poco democráticos y si eso supone perder la alcaldía, pues la perderemos», comentó Albarracín al ser preguntado si la destitución de los concejales críticos implica sacrificar la alcaldía. Las palabras de Albarracín tienen un claro destinatario: el número dos de la lista y primer teniente de alcalde, Toño Carratalá, que se postulaba como alternativa a Faustino Sala, al que sus compañeros de grupo le han llegado a pedir públicamente la dimisión.

La destitución de los concejales críticos se produce dos meses después de la designación de una gestora para cubrir el vacío de poder que había generado la dimisión de la anterior ejecutiva. El partido encargó a este órgano de dirección provisional la resolución de la crisis abierta en el gobierno municipal por la negativa de los concejales del PP a aprobar la dedicación exclusiva de Sala, momento en que se evidenció en público un enfrentamiento que tenía su origen en la campaña electoral. Los críticos no sólo marcaron distancias con el alcalde sino que también se negaron a reconocer a la gestora y han desoído sus indicaciones.

"Estoy soprendido y dolido"

«Sorprendido y dolido». Éstas fueron las únicas palabras con las que el portavoz popular, Toño Carratalá, quiso valorar ayer el decreto por el que el alcalde de Alberic retiraba las competencias que el pasado mes de junio delegó en los concejales del PP. No obstante, se trata de una sorpresa relativa dada la fractura existente en el gobierno municipal con seis concejales enfrentados al alcalde que incluso han pedido públicamente su dimisión y han barajado participar en una moción de censura.

Aunque los primeros roces se produjeron en la misma campaña electoral, no fue hasta que Faustino Sala planteó su dedicación exclusiva cuando empezaron a saltar chispas. La primera propuesta de asignarse un salario de 50.722 euros brutos tuvo contestación interna en el grupo popular, aunque fue rechazada por la oposición sin necesidad de que los ediles del PP rompieran la disciplina de grupo, si bien un nuevo intento de Sala por liberarse a finales de julio con un sueldo de 47.000 euros desató en público las hostilidades. Su voto no era determinante, pero los concejales del PP se alinearon en el pleno con la oposición y rechazaron la dedicación exclusiva en una votación que evidenció más que nunca la soledad del alcalde. Dieciséis contra uno.

La relación se ha ido deteriorando desde entonces. No existe comunicación entre los concejales del equipo de gobierno y el alcalde, al que los críticos no han dudado en acusar de actuar sin contar con ellos, de falta de dedicación y de no cumplir los compromisos asumidos. p. f. alberic