La explotación ganadera valenciana Granja San Ramón, ubicada en la pedanía de Campo Arcís en Requena, venderá en breve el primer fertilizante orgánico sin olor y con un alto poder nutritivo, creado a partir del subproducto que les sobra de transformar en energía el estiércol de sus vacas en la planta de biogás que tienen en sus instalaciones.

Esta empresa familiar fue también la primera en emplear de los residuos de sus 2.500 reses para fabricar energía gracias a una planta de tratamiento de biogás, que les permite transformar el metano del estiércol en energía eléctrica y térmica.

El nuevo fertilizante bautizado con la marca Bonora está destinado al uso doméstico y su lanzamiento está previsto para finales del primer trimestre del año que viene, a través de las cadenas de distribución generalistas de alimentación. "Es un producto ideal para huertos urbanos porque no huele, gracias a un proceso de higienización y desinfección , carece de elementos químicos y tiene un alto contenido en nitratos y sales minerales. Hemos conseguido que el estiércol vacuno usado en agricultura lo pueda tener cualquier persona en su casa porque no huele", según el químico de la empresa, Bernat Chulià.