El gobierno local de Gandia lanzó ayer un ultimato a los locutorios telefónicos de la ciudad que actúan como supermercados y que incumplen reiteradamente los horarios de apertura establecidos por la ley. Esos incumplimientos, que han generado protestas entre las asociaciones de comerciantes de Gandia y de los hosteleros de la ciudad, se vienen produciendo desde hace años, y en algunos casos los locales permanecen abiertos desde primera hora del día hasta la madrugada. En la pasada campaña para las elecciones municipales Arturo Torró prometió regularizar esa situación para que todos los establecimientos comerciales, incluidos los locutorios, "cumplieran la ley". Después de que el PP arrasara en esos comicios y empezara a gobernar hubo un nuevo aviso en el mismo sentido, pero todavía hoy buena parte de esos locales permanecen abiertos cuando el resto de locales ya ha cerrado.

Ayer el gobierno local insistió con una nota informativa en la que señalaba su intención de "solucionar el problema de los locutorios ilegales" tras una reunión de técnicos y políticos con representantes de propietarios de estos comercios, la mayoría de ellos inmigrantes.

Según señalaron posteriormente responsables del gobierno local, en ese encuentro se planteó directamente un ultimato. Los locutorios tienen quince días para dejar de vender todo tipo de bebidas alcohólicas y productos falsificados o de ilícita procedencia. En el caso de la venta de alcohol y productos falsificados el argumento municipal no recibe contestación. En el de los horarios, algunos de los propietarios de locutorios esgrimen que el cierre a las 22 horas les perjudicará porque muchos de sus clientes son de países lejanos y telefonean bien entrada la noche o de madrugada porque es a esa hora cuando pueden coincidir con las horas de descanso de sus familiares.