El próximo domingo puede que los "quintos" del Puig no encuentren ratas en el interior de las tradicionales cucañas de la fiesta de Sant Pere Nolasc. Pero no será por las denuncias del partido animalista Pacma, tal como recogía ayer este periódico, ni porque el ayuntamiento o la Generalitat pretendan prohibir esta "tradición" con décadas y décadas de existencia. Es más bien una cuestión biológica. En el marjal del Puig, habitual vivero de roedores para el uso y disfrute de los festeros, apenas se caza ya este tipo de animales.

"Por el momento, este año no tenemos ninguna rata guardada -asegura Vicent, miembro de la clavaría de Sant Pere Nolasc, organizadora de la fiesta-. El año pasado y el anterior ya sólo pusimos una o dos dentro de los "perols", porque ya no se consiguen tantas como antes". Según explica el clavario, cuando el Puig estaba rodeado de arrozales y nadie colocaba veneno para acabar con las alimañas, raro era el día de Sant Pere en que no caía una docena de roedores en la cucaña y también varios conejos. "Hubo una denuncia y dejamos de poner conejos, que es algo bastante lógico -reconoce Vicent-. Pero ratas sí. Eso sí, desde hace mucho tiempo las ponemos muertas y siempre de marjal, nunca las hemos comprado en ninguna tienda. Hay vecinos que las cazan con cepos a lo largo del año, nos las dan y las congelamos, y un día antes de la trencà las descongelamos para que no haya heridos cuando las lancen. Pero este año aún no tenemos, así que ya veremos lo que pasa".

"No queremos jugárnosla"

La fiesta de Sant Pere es el domingo por la tarde y todavía queda margen para encontrar y atrapar algún roedor. ¿Qué pasará si se consigue algún animal? ¿Habrá cucaña y posterior batalla de ratas? La clavaría no lo tiene claro. "La idea es mantener la tradición y nos gustaría continuar celebrándolo como siempre. Pero no vamos a jugarnos el tipo si alguien pone alguna denuncia", señala Vicent. "Ya veremos lo que hacemos, tenemos una reunión de la clavaría y ahí lo decidiremos".

Prohibir o no la inclusión de ratas en las cucañas de Sant Pere está en manos del ayuntamiento, según aseguró ayer la Conselleria de Gobernación. Fuentes del departamento señalaron que debe ser el consistorio el que se encargue de vigilar el cumplimiento de la normativa y que el gobierno autonómico sólo actuará si hay alguna denuncia por maltrato a los animales.