Ha unido su nombre al gateo pero, además de promoverlo e incluso completar con él el maratón de Nueva York, el saguntino José Martínez destaca desde hace años por su tesón y empeño en inventar bicicletas y aparatos con los que mejorar la forma física. Este polifacético saguntino, que nació con una deficiencia que le impidió caminar hasta los nueve años, siente verdadera pasión por crear sin límites y ayudar a los demás, lo que le ha llevado a "revolucionar" la palanca e implicar en un ambicioso proyecto a dos ingenieros de la Universidad Politécnica de Valencia (UPV), otros 15 alumnos y una empresa de Rafelbunyol, Talleres Tamarit, que ya comercializa hace tiempo algunos de los aparatos creados por él.

Este peculiar conductor de autobús del Port de Sagunt afirma que ha conseguido liberar la palanca "de la limitación que arrastra desde hace siglos al aportar solo fuerza en un sentido". Su nuevo modelo permite aprovechar la fuerza producida por un movimiento oscilatorio, es decir, la de la subida y la de bajada, lo que da origen a una energía continua. Es lo que han patentado como "mecanismo de engranajes multiplicador de fuerzas".

En este proyecto Martínez cuenta con el apoyo de Talleres Tamarit, que le permite desarrollar sus inventos; de Bernabé Hernandis, doctor ingeniero industrial, y de Sergio Mateo, el ingeniero encargado de la comunicación y de comercializar las aplicaciones.

El mecanismo, inspirado en las patas del guepardo, se concibió como parte de una bicicleta pero posee un enorme potencial que puede desarrollarse en miles de aplicaciones. Por su naturaleza, este sistema supone una fuente independiente de energía renovable a muy bajo coste. Así, puede generar energía eléctrica en situaciones de emergencia o, incluso, de aislamiento. "Con un mecanismo autónomo de este tipo se podría mover una bomba en el desierto para sacar agua", explica Hernandis.

Otra de las aplicaciones sería el aprovechar sin graves consecuencias medioambientales la energía generada por el movimiento de las olas del mar. Por ello, según Martínez, ya hay empresas de generadores eléctricos y locomoción interesadas en el invento.

Actualmente este equipo multidisciplinar trabaja también en varias bicicletas y máquinas de rehabilitación además de perfeccionar el mecanismo de engranajes e idear algunos prototipos que quisieran sacar al mercado durante el 2012.

Bernabé Hernandis, profesor de la UPV, señala que es complicado trabajar en este tipo de inventos, porque al estar vinculados con la salud, paralelamente a su desarrollo se debe realizar investigaciones que justifiquen y avalen los posibles resultados beneficiosos.

El apoyo de la Universidad Politécnica resulta crucial ya que colabora mediante el Grupo de Investigación y Gestión del Diseño. "Los inventores tienen mucha voluntad, pero les falta capacidad para crear productos vendibles. Ellos normalmente no saben de materiales y costes, y ahí es donde nosotros les ayudamos" declara Hernandis.