El Centro de Día de Museros, al que la Generalitat destinó un millón de euros y que lleva cerrado desde que las obras concluyeron en mayo de 2011, por fin tendrá una utilidad, aunque no será por la que fue concebido. El ayuntamiento que gobierna José María Aznar cederá la mitad de su superficie para que la conselleria de Educación amplíe el colegio Blasco Ibáñez, situado a escasos metros. La otra mitad se utilizará como centro social municipal que igual podrá albergar el servicio de atención al discapacitado que el Juzgado de Paz o incluso un comedor social. Así, Aznar descarta de manera definitiva que Museros tenga su propio Centro de Día público, «que es un servicio propio de época de abundancia pero que ahora es insostenible», según señaló ayer el regidor. Aunque, tal como recuerda Aznar, el proyecto se concibió hace cinco años, las obras no empezaron hasta 2010 gracias a la aportación de un millón de euros del Plan Confianza, y concluyeron en mayo de 2011, justo a tiempo para que el ayuntamiento organizara una jornada de puertas abiertas en plena campaña electoral y lo volviera a cerrar.

La idea es aprovechar que el edificio ya está hecho para satisfacer una de las necesidades más acuciantes de la población de Museros: la falta de espacio en el CEIP Blasco Ibáñez. La masificación del centro ya obligó al ayuntamiento a costear la construcción de un aula nueva antes de iniciar el presente curso. Con la cesión de entre el 45 y el 50% del centro, Educación podrá colocar allí la sala de informática, la biblioteca, la cocina y el comedor del Blasco Ibáñez, dejando así cientos de metros libres del edificio antiguo para instalar nuevas aulas.

Ahora falta saber el cuándo. Según explicó ayer el alcalde, la Generalitat aprobó hace dos años el proyecto de ampliación y mejora del CEIP Blasco Ibáñez, pero hasta ahora no se ha ejecutado. Por una parte, la cesión de la mitad del Centro de Día para ampliar el colegio favorece el proyecto ya que sólo faltaría adaptar el inmueble y, encima, Educación se ahorra el coste de un edificio nuevo. Pero, por la otra, el proyecto que hasta ahora no se ha ejecutado tendrá que ser modificado, lo que puede suponer un nuevo retraso. El alcalde subrayó ayer que reclamará a la Generalitat los cerca de 40.000 euros que ha pagado en intereses para pagar a la constructora del Centro de Día mientras el Consell no ingresa el millón de euros que aún tiene que financiar la infraestructura.