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"Si no llega a ir el alcalde a echar cuatro cubos de agua, la casa señorial de Berfull se hubiese ido para siempre". La arquitecta responsable de las obras de restauración y mantenimiento de la alquería de Rafelguaraf, Concha Tormo, lo tiene bien claro. El conjunto amurallada de época medieval y que fue declarado Bien de Interés Cultural (BIC) se encuentra en un estado crítico. El incendio que tuvo lugar el pasado miércoles por la tarde en la planta primera del edificio más importante del recinto hubiese podido suponer la pérdida definitiva de uno de los enclaves históricos valencianos. La Guardia Civil estudia la posible intencionalidad de los actos, por lo que busca responsables por un delito contra el patrimonio.

El ayuntamiento aprovechó ayer el suceso que de nuevo pone de actualidad el delicado estado del recinto histórico para denunciar que tendría que hacer frente en breve a los gastos de una nueva actuación, pues aún no se han recibido las ayudas de 272.000 euros aprobadas por la Conselleria de Agricultura del plan Ruralter/Paisajes. La subvención estaba prevista que se liquidara en cuatro pagos correspondientes a cuatro años sucesivos pero el consistorio no ha visto ni un solo euro de los tres primeros ingresos. Este año, al consistorio le pertenecían cerca de 55.000 euros que tampoco ha cobrado, como sucedió con los 13.600 del primer año o de los 8.000 que se habrían tenido que cobrar relativos a la segunda fase y que tuvo que costear el consistorio. "Nosotros sí que hemos hecho efectivos los dos primeros pagos pero no tenemos intención se seguir trabajando porque si no nos han pagado los importes de ocho y trece mil euros, ¿cómo nos van a pagar la tercera ayuda prevista de 55.000 euros?", se pregunta el alcalde, Edelmiro Navarro.