No hubo víctimas, pero solo por suerte. El murete de un pequeño cuerpo de guardia construido hace unos 200 años en el Castillo de Sagunt ha acabado desplomándose tras años en los que su deterioro «ha avanzado de forma imparable sin que ninguna pequeña intervención lo evitara», como denunciaba a Levante-EMV el investigador Paco Herráiz.

El lienzo formaba parte de una construcción sin techumbre, de época napoleónica que da paso al recinto de la Plaza de la Ciudadela; un elemento «de poca entidad y con muros de escaso grosor de ladrillo y piedras», como apuntaban desde la Conselleria de Cultura, que está situado en el interior del recinto, al margen de las murallas.

Aún con esta consideración, lo cierto es que estos restos están situados en una zona que suele recibir visitas e incluso a veces hay turistas sentados junto a ellos, como se puede ver en la fotografía. Por ello, aunque esta vez no hubo heridos, como se destacaba desde la conselleria, la situación podía haber sido distinta.

Desde Cultura se atribuía lo ocurrido a «la fragilidad y estado de conservación del lienzo y por las inclemencias meteorológicas» y se reconocía que el Ministerio de Cultura no contempla en sus presupuestos la realización de una nueva campaña de intervención en las murallas del monumento, como la que ha concluido hace unos meses y que permitió consolidar tres lienzos en muy mal estado.

En Sagunt, colectivos como el Col.lectiu en defensa del Patrimoni y algunos partidos llevan años reclamando sin éxito un plan de inversiones continuadas en el castillo para garantizar la preservación del monumento, un mejor acondicionamiento para las visitas y una mayor agilidad para actuar en zonas frágiles como la derrumbada ahora o en las cornisas de la antigua Casa del Gobernador, también de época napoleónica, que se desplomaron en noviembre de 2007 tras unas intensas lluvias, como informó entonces este rotativo.