Prevalesa y Pacadar, dos de las empresas más importantes y con más capacidad de generar empleo entre las establecidas en Buñol han presentado un expediente de regulación de empleo (ERE) que afectará a unos 130 trabajadores.

El expediente presentado por Prevalesa, empresa dedicada a los prefabricados de hormigón, es de extinción y afecta a los 90 trabajadores de la plantilla. La sociedad está en concurso de acreedores desde finales del año pasado, medida a la que tuvo que recurrir a pesar de haber refinanciado su deuda y reducir el numero de trabajadores, pasando de 160 a 130 en 2010. Posteriormente otro recorte de personal redujo la cifra de trabajadores hasta 92.

La sociedad tuvo que recurrir al concurso de acreedores a pesar de tener una cartera de pedidos en torno a los 25 millones de euros procedentes del sector industrial, logístico y terciario y de 15 millones del sector público. No obstante la lentitud o el aplazamiento en el inicio de las obras han sido definitivos a la hora a la hora de facilitar la salida de las dificultades por las que atraviesa.

Durante los próximos 30 días, todas las partes afectadas por el ERE se reunirán para estudiar la situación actual de la empresa y su viabilidad. No obstante todo apunta a que finalmente se procederá al cierre de la industria.

ERE sin cierre de la fábrica

El ERE de Pacadar se produce en medio de un programa orientado a expandir la actividad de la empresa fuera de España, motivo por el que no ha sido recibido de forma favorable por la plantilla, que apunta a otras medidas con menos impacto entre los trabajadores como solución. La propuesta de la empresa contempla un ERE que afectará a 38 de los 58 trabajadores que tiene actualmente en nómina. Además del despido de dos empleados de la sección de montaje y tres de administración.

Pacadar, al igual que Prevalesa, se dedica al sector de los prefabricados de hormigón y su actividad se ha visto seriamente perjudicada durante los últimos años a consecuencia de la contracción del mercado de la obra civil y pública.

La empresa durante los últimos años había creado en Buñol su centro de operaciones, trasladando hasta la ciudad de la comarca de La Hoya toda la producción de sus antiguas instalaciones de Riba-roja. Hasta el punto que planteó la ejecución de un PAI de 360.000 metros cuadrados para ampliar instalaciones.