Los robos se han convertido en la última plaga del campo valenciano y, más que un goteo, el sistema de riego localizado del sector 9 de la Acequia Real del Júcar, localizado mayoritariamente en los términos de l'Alcúdia y Guadassuar, ha sufrido en las últimas semanas un auténtico chorro de sustracciones. Fuentes de la entidad cifraron ayer en más de 600 los contadores sustraídos en apenas mes y medio. Las quejas de los agricultores han llevado al Ayuntamiento de l'Alcúdia a convocar una Junta de Seguridad, a la que ha invitado a los alcaldes de los municipios contiguos -Benimodo, Carlet y Guadassuar- para tratar de diseñar una actuación coordinada que ponga fin a esta oleada de robos. "Ya no es lo que se llevan, es el daño que hacen para sacar apenas nada", comentó ayer el alcalde de l'Alcúdia, Robert Martínez.

Desde la Acequia Real del Júcar estiman entre 70.000 y 80.000 euros el valor de los daños que el robo de estos más de 600 contadores ha ocasionado, sin tener en cuenta el perjuicio para los agricultores en una época de altas temperaturas en que tienen la necesidad de regar.

Para reemplazar esta gran cantidad de contadores los técnicos han optado por desmontar los ubicados en otros sectores que no están en funcionamiento -donde la falta de uso también los convierte en potenciales objetos de sustracción- y por la instalación de un modelo de plástico con el objetivo de evitar el interés que el contador actual de latón tiene para los autores de estos robos.

Son muchas las comunidades de regantes tanto de la Ribera como de otras comarcas que en los últimos meses han sufrido el robo de decenas de contadores en sus infraestructuras de riego localizado, aunque el Sector 9 de la Acequia Real concentra en las últimas semanas un gran número. Si bien en algunos casos se apuntaba la posibilidad de que los contadores acabaran en el mercado negro, dada la gran cantidad, en muchos otros el robo tiene por objeto quemarlos para extraer el latón de su interior y venderlo a peso. Por este motivo tanto la Acequia Real del Júcar como otras comunidades han optado ya por instalar contadores de plástico.

La ARJ explicó que, en función del tamaño, un contador puede oscilar entre los 40 y los 80 euros, pero el daño generado va más allá del importe de estos equipos instalados en los hidrantes que regulan el agua que consume cada parcela.