El encanto del casco histórico de Sagunt ha vuelto a reforzarse este verano con «Peregrinatio», un proyecto que ha resistido a los recortes y ha llenado de arte contemporáneo varios rincones de la ciudad con intervenciones pensadas para cada espacio, bajo un tema común.

Con participantes más conocidos como el Premio Nacional de Fotografía 2007 Manuel Vilariño o Mateo Maté, la cita recupera su filosofía habitual y vuelve a dar cabida a artistas emergentes tanto a nivel nacional como de Colombia y Grecia.

En tiempos de zozobra, el hecho de que la muestra haya vuelto a hacerse realidad era destacado por el alcalde, Alfredo Castelló, y responsables de la Conselleria de Cultura pues, aunque recorte presupuestario ha habido, la cita ha regresado «con fuerza junto a Sagunt a Escena», según el alcalde, «y ha aumentado la oferta turística de la ciudad gracias al apoyo de la Generalitat», apuntaba respecto a esta iniciativa del Consorcio de Museos en la que colaboran tanto la Fundación de las Artes Escénicas como el ayuntamiento.

El punto de partida esta vez ha sido una de las palabras más repetidas en los últimos meses por políticos y empresarios: «Sacrificio». Quizás para recordarnos que las privaciones no han llegado solo tras el estallido de la burbuja inmobiliaria, la debacle del euro y de la banca, el tema seleccionado por los comisarios Fernando Castro Flórez y Tomás Ruíz ha dejado ocho intervenciones sobre ese «Sacrificio» que hunde su pasado en las raíces de los tiempos.

Con este lema, han transformado unos espacios ya de por sí de gran belleza con propuestas variadas que el espectador podrá contemplar a cualquier hora del día hasta el 9 de septiembre, pero de una forma muy especial: A través de una miralla, igual que siempre han hecho los vecinos al pasar por allí.

En una de ellas, no obstante, sobra con aproximarse un poco, pues el neón colocado por Avelino Sala con la palabra «Socorro» en una de las fachadas del templo de Sant Cristòfol lo dice todo; un reclamo con múltiples lecturas situado además sobre un edificio con más de 600 años de historia que, según el cronista Chabret, es el recinto sagrado más antiguo de la comarca.

Mientras en el Calvario la valenciana Rocío Villalonga reflexiona sobre la comunión a escasos metros de una ermita que luce ahora sus ocres del Barroco valenciano frente a su blanco habitual, Almudena Lobera ha transfomado Sant Blai y Mateo Maté, la ermita de Els Dolors. El artista griego Filippos Stitsopoulus, reconocido en el mundo del video y las performances, ha dado otro aire al templo dedicado a Sant Roc, la colombiana Natalia Granada ha apostado por un «ángel exterminador» en La Sang y Manuel Vilariño ha colocado su «Cruz de luz partida» en el Bon Succés.

La última propuesta es un homenaje póstumo a la escultora valenciana Ángeles Marco, fallecida hace dos años, que en su día dejó pendiente su participación en la muestra. Ahora, su obra «Estructura-desequilibrios. Serie el Tránsito» provoca una reflexión en el patio del Museo Arqueológico, curiosamente, a escasos metros de los restos de un togado romano.