Los concejales socialistas de Chiva abandonaron su puesto en la sesión plenaria del pasado lunes y se sentaron en la zona reservada al público, después que el alcalde de la localidad, José Manuel Haro, amparándose en el nuevo reglamento orgánico municipal (ROM) les impidiera formular más de tres preguntas, por cada grupo, en el turno de control de la gestión municipal.

Ante el recorte en el número de preguntas, los socialistas, secundados por el resto de grupos de la oposición, abandonaron su escaño del plenario y se sentaron en la zona del público, con la intención de formular sus cuestiones en el turno de ruegos y preguntas que se le concede al público. No obstante, los concejales de la oposición tampoco pudieron realizar sus preguntas en calidad de ciudadanos puesto que una vez terminadas las preguntas de los vecinos el alcalde dio por terminada la sesión sin dejar participar a los ediles.

El PSOE va a presentar un contencioso administrativo por lo que considera una vulneración a su derecho a tomar la palabra en el pleno municipal. En este sentido, aseguran que el nuevo reglamento nunca puede impedir que se expresen como ciudadanos, tal y como decidieron hacerlo en la sesión.

El PP ve "grotesca" la decisión

Por su parte, el PP calificó de "grotesca" la actuación de la oposición y "lejos de aportar ideas y trabajar codo con codo con el e para hacer políticas que ayuden a los vecinos a salir adelante de esta complicada situación".