Mientras llegan los obligados recortes del postcatastrazo (la anulación de la ponencia de valores dejará un déficit de 11 millones de euros), el Ayuntamiento de Xàbia aún se permite ciertos lujos. El consistorio ha gastado 52.000 euros en arreglar la rotonda de la entrada al municipio. Hace años el artista Toni Marí colocó una escultura que representaba un barco rodeado de gaviotas. Pero quedó un pelín austera. Ahora ha ocurrido todo lo contrario. Las obras, para los tiempos que corren y, sobre todo, por esa inversión de 52.000 euros, se han pasado un poco de la raya.

Los turistas que regresan estos días a Xàbia se sorprenden del espectacular recibimiento. De la rotonda pura y dura no queda nada. Las 20 palmeras washintonianas que se han plantado (4.576 euros), la gravilla amarmolada y las piedras de mármol tipo canto rodado que cubren el suelo (unos 15.000 euros) y los nuevos detalles del conjunto escultórico (un estilizado nadador que se lanza de cabeza) evocan una playa. Tanto es así que algún vecino ya ha ironizado con la posibilidad de que se instale aquí un chiringuito.

Y, por si todavía hay algún despistado que no sabe cuál es el nombre del pueblo, se ha optado por colocar en grandes letras de acero envejecido el doble topónimo. Así, quien llega a Xàbia se topa con ese nombre oficial y con el otro de "Jávea".

Aunque los 52.000 euros parezcan mucho, el equipo de gobierno (PSPV, Xàbia Democrática y CpJ) preveía, en principio, gastar un poco más. El proyecto costó 2.000 euros y los trabajos en sí 50.000. Pero el presupuesto global de licitación de las obras subía a 51.062 euros.

En el último pleno, el portavoz del Bloc, Vicent Chorro, ya preguntó sobre esta mejora de la rotonda. El concejal de Hacienda, Óscar Antón, afirmó que el coste final no superaría el de "dos magnolios". Se refería al árbol que el anterior gobierno de Bloc-Centristes, PP y CpJ plantó en la nueva plaza del Portal del Clot. El magnolio se compró por 18.000 euros. Por tanto, la rotonda sí ha salido un pico más cara.

Las obras las realizó una empresa de Xàbia y se acabaron a mediados de junio. Dar la bienvenida a los turistas ha costado 52.000 euros. Pero ya se sabe que en el negocio turístico la imagen lo es todo.