El homenaje que está rindiéndose año al músico y compositor ontinyentí José M ª Ferrero Pastor, "El Mestre Ferrero", en el 25 aniversario de su muerte, llegaba este jueves a su punto álgido. Fue en las fiestas de 1987, pocas semanas después de que el Maestro muriera en un accidente, cuando su hijo, Daniel Ferrero, dirigió a todas las bandas oficiales de las comparsas en la interpretación de la marcha mora "Chimo", como homenaje a su padre. 25 años después, el hijo del "Mestre" volvía a ser el encargado de dirigir a los alrededor de 1.000 músicos que interpretaban conjuntamente la que se considera la composición más representativa y el himno de las fiestas de Moros y Cristianos de Ontinyent.

?El público que abarrotaba la Plaza Mayor desfilaba al son de la marcha, al igual que lo hacía el Alcalde de Ontinyent, Jorge Rodríguez, y los concejales del Gobierno Municipal en el balcón de la casa consistorial. Todos ellos contemplaron como Ferrero -tal como siempre hacía su padre- abandonaba la batuta tras los primeros compases. Una vez finalizada la interpretación, se vivió el momento más emotivo del acto: aquel en el que Daniel Ferrero dejaba sobre la plataforma en la que había dirigido la marcha un ramillete de flores, una trompa (el instrumento preferido de su padre) y una batuta, bajo los aplausos de los miles de personas reunidas a los pies del Castillo de Fiestas.

?Daniel Ferrero firmaba posteriormente en el despacho de alcaldía el libro de honor del Ayuntamiento de Ontinyent bajo la atenta mirada del Alcalde de la ciudad, Jorge Rodríguez, y el Presidente de la Sociedad de Festeros, Toni Morales. También en presencia de concejales, amigos, y familiares, pero sobre todo de dos personas: su madre y viuda del Maestro, Pilar Silvaje, y su hijo, el nieto del maestro Ferrero, José M ª Ferrero de la Asunción, quien, en ese año de aniversario, realizó la composición musical que hizo de hilo conductor en el acto de presentación de cargos y pregón del pasado domingo.

?La emotividad del acto hizo que los asistentes se contaran por miles y permanecieran en la Plaza Mayor a pesar de la elevada temperatura, con una sensación de calor superior a los 35 º C. La climatología no impidió que las diferentes bandas que acompañan a las comparsas durante las fiestas vivieran con ilusión uno de los momentos más especiales para ellos, el del desfile bajo el Castillo de Fiestas para recibir cada una de las bandas participantes un banderín conmemorativo, y participar en un concurso de interpretación en el que este año se imponía la Unión Artística Musical de La Pobla del Duc, banda oficial de la comparsa Moros Marinos.