La policía investiga una profanación perpetrada el pasado fin de semana en el Cementerio Parroquial de Quart de Poblet, también conocido como «el cementerio viejo». Fue en la parte más nueva del camposanto, donde en la madrugada del domingo unos desconocidos violentaron el nicho de una pareja, abrieron un boquete en el tabique de sellado que se levanta tras la lápida y rebuscaron en el interior del féretro hasta romper uno de los extremos del ataúd, tal como Levante-EMV ha podido saber de fuentes próximas al caso. Luego, volvieron a colocar la losa de mármol en su sitio para, al parecer, intentar disimular u ocultar el asalto.

Al cierre de esta edición aún se desconocía el alcance exacto de los desperfectos, así como los motivos de la profanación, aunque diversas fuentes apuntaron a un posible robo de joyas como origen del suceso, mientras que otras desmintieron que hubiese alhajas en el interior de la sepultura.

Uno de los enterradores del cementerio fue quien descubrió los hechos nada más abrir el domingo por la mañana. El hombre advirtió la presencia de arena bajo una lápida situada a nivel del suelo, lo que le llamó la atención. Al revisar más de cerca el nicho, se dio cuenta de que la losa de mármol había sido forzada hasta el punto de permanecer aún semiabierta por un extremo —apenas una rendija—. Inmediatamente dio aviso a la Parroquia de la Purísima Concepción, gestora del camposanto, que comunicó los hechos a la familia de la pareja sepultada allí (fallecidos en 1990 y 2000) y presentó la correspondiente denuncia en la comisaría del Cuerpo Nacional de Policía.

No es la primera vez que «el cementerio viejo» de Quart es violentado. De hecho, es antigua ya la reivindicación de la parroquia para que el ayuntamiento refuerce el paso de patrullas policiales y mejore los accesos peatonales. Hace una década, unos desconocidos accedieron al camposanto, y extrajeron varios féretros de su interior.