La falta de diligencia del Ayuntamiento de Carcaixent para mantener limpio el casco urbano y sus alrededores ha obligado a una familia a marcharse de su propia casa. Se han ido hartos de que se le cuelen por cualquier rendija ratas procedentes de varios campos cercanos, que permanecen abandonados, y que el consistorio se comprometió a limpiar hace meses.

«Pero no lo ha hecho y no será porque no lo he pedido de todas las maneras posibles», lamenta Tania Sierra, que se ha tenido que ir a vivir a casa de su madre con sus dos hijos pequeños porque ya no aguanta más. «Se me comen los cables, se meten por cualquier lado, hasta por los enchufes, suben por encima de la tele, las he visto en el tendedero, le han mordido el parque a mi hijo y el carrito casi lo han destrozado a mordiscos. Estos días mi hijo estaba jugando y le pasaron dos ratones por al lado y dije basta», relata la mujer, que vive en la zona del ensanche que el ayuntamiento pretende abrir hacia el polígono Barxeta II.

Y no será porque la vecina no ha avisado al ayuntamiento de la situación. Lo ha hecho de viva voz varias veces, ha presentado tres escritos reclamando la limpieza de los campos y la última vez se fue el juzgado, que ya investiga la situación. El siguiente paso es plantear la situación ante la Conselleria de Sanidad.

«Estoy pagando religiosamente una hipoteca y no puedo vivir en mi casa, me he tenido que ir al chalé de un familiar y a casa de mi madre, porque me dan mucho asco y pánico las ratas y así no puedo vivir. Mi marido se ha quedado unos días porque se levanta temprano, pero yo no aguanto», relata la afectada.

«El ayuntamiento está obligado a mantener la limpieza y en los campos que están abandonados se han ido acumulando trastos viejos e incluso basura y eso ha hecho que aparezcan las ratas». «Lo hemos probado todo para ahuyentarlas, pero con el veneno tenemos que ir con cuidado porque tenemos niños pequeños», dice. Tania y su familia viven en un edificio de planta baja y vivienda superior, donde tiene las habitaciones. «Hemos estado varios años que, la verdad, no veíamos ninguna, pero desde hace dos meses lo tengo todo lleno. Ahora es insoportable y por eso vivo en casa de mi madre».