Una de las celebraciones más ancestrales que todavía pervive en Mascarell es la "subasta" que se celebró el día de San Ramón dentro de las fiestas patronales. El objetivo es recaudar fondos para las actividades de la parroquia subastando los bienes donados por los vecinos, así como para el sufragio de las almas. Según el párroco, Manuel Blasco, los orígenes de la subasta de Mascarell son ancestrales, pues "desconocemos la fecha desde cuando se produce, pero es una tradición histórica que en algunos sitios ha desaparecido y aquí se mantiene con vigor". Por la mañana, tras la misa por San Ramón, la comitiva -con el párroco, los organizadores, la alcaldesa delegada Laura Granell, así como la presidenta de las fiestas-recorrió el pueblo. Los vecinos les entregaron la cosecha o enseres para la subasta. Por la tarde, a la puerta de la iglesia, los productos se entregaron al mejor postor tras las pujas de los presentes.