Desde 2008 no se mueve una piedra en el solar de la playa de la Fossa de Calp donde la mercantil Ifach Mar, S. L., pretendía construir un hotel de cinco estrellas y de 104 metros de altura. Pero mañana mismo la empresa promotora podría volver a iniciar unas obras que afectan a la servidumbre de protección y que están a escasos seis metros del mar. El Tribunal Superior de Justicia (TSJ) de la Comunitat Valenciana ha desestimado el recurso que presentó en 2008 el Ministerio de Medio Ambiente contra la resolución de la conselleria de Infraestructuras que daba luz verde a los trabajos que tocaban el dominio público litoral (eran los del sótano, la piscina, los vallados y dos quioscos). Esta sentencia remueve la única traba que frenaba un proyecto gigantesco (el hotel alcanza las 27 plantas). El hotel tenía la bendición de la conselleria y del ayuntamiento de Calp, cuyo alcalde era entonces Javier Morató, del PP.

La promotora logró la licencia municipal el 29 de diciembre de 2006 y pidió una prórroga de un año a la conselleria para las obras que debía realizar en la zona de servidumbre de playa. La conselleria le concedió la prórroga y el 11 de abril de 2008 dictó otra resolución que daba vía libre a la empresa para seguir adelante con los trabajos.

El Ministerio de Medio Ambiente, a la sazón dirigido por Cristina Narbona, presentó un recurso contencioso-administrativo contra las resoluciones de la conselleria de Infraestructuras. Ahora el TSJ deja en mal lugar al ministerio y a la propia Narbona, quien en una visita a Calp, en la que se reunió con el entonces alcalde socialista Luis Serna, afirmó que el Estado para impedir que se levantara esta mole junto al mar estaba dispuesto incluso a expropiar los terrenos.

El contencioso del Gobierno central, eso sí, sirvió para paralizar unos trabajos que Ifach Mar, S. L., ya había iniciado. Pero el ministerio lo fió todo a ese recurso y no pensó en un plan B.

Ahora la sentencia del TSJ advierte de que el departamento de Narbona hizo tarde al presentar el contencioso. En 2004, cuando la conselleria autorizó las obras, el Servicio Provincial de Costas de Alicante ya emitió un informe desfavorable. Pero el ministerio no movió ficha. "Las deficiencias e infracciones potenciales al ordenamiento jurídico se habían, hipotéticamente, ya producido y la administración del Estado no las recurrió", sostiene el TSJ.

El ministerio alegaba que no había lugar a conceder una prórroga para esas obras que afectan al litoral público. Pero el tribunal argumenta que el promotor estaba supeditado a la licencia del ayuntamiento, que obtuvo en diciembre de 2006. La empresa contaba desde 2004 con el informe municipal favorable. El TSJ precisa que el plazo máximo de dos años que fija la Ley de Costas para realizar obras en el dominio público no podía empezar a contar antes de que la promotora tuviera el permiso definitivo.

Una mole de 104 metros de altura

La parcela donde iba a levantarse el edificio más alto de la Marina Alta, que alcanzaba los 104 metros de altura y estaba coronado por una suerte de pináculo, lleva vallada desde 2008 y sólo llegaron a realizarse obras de desmonte y excavación. El promotor pretendía construir un hotel de cinco estrellas y de 27 plantas. Ahora, tras la sentencia del TSJ, ya no hay obstáculos legales para que retome las obras. Pero una mole así no parece en estos tiempos muy viable. El promotor no debe estar muy sobrado de liquidez para acometer un proyecto de esta magnitud.