Cada vez que se ducha, usted está empleando una media de 50 litros de agua. Al cabo del día, suele consumir 150. Al año, esa cantidad se dispara hasta los 60.000 litros por persona y día. Dos jóvenes emprendedores, afincados en Xàtiva y Anna, acaban de patentar un invento que podría permitirle ahorrar un 40 % de los recursos hídricos que utiliza cada vez que se mete en la bañera o cada vez que friega los platos. Según los cálculos, su consumo anual individual podría disminuir en más de 15.000 litros. El innovador sistema evita el despilfarro de agua que se produce mientras alguien se desviste y espera a que el agua se caliente para empezar aducharse. Sólo en ese proceso se suelen consumir 12 litros de agua. El proyecto permite almacenar esa cantidad en una reserva que luego se aprovecha en la misma ducha, y evita la necesidad de que se tenga que vertir al desagüe con las aguas fecales como único destino. Al calentarse el agua se reduce la presión y el caudal, de modo que se precisan menos litros para la misma cantidad. La herramienta supone un importante ahorro energético: reduce el tiempo de encendido del calentador y evita los problemas que se generan cada vez que, mientras alguien se ducha, otra persona en la misma casa activa otro grifo del sistema. Cuando eso ocurre, ni se reduce la presión ni se enfría el agua en las otras estancias.