El problema viene de largo, pero sigue a la espera de solución. Un 40 % de las viviendas existentes en Dénia vierten sus aguas residuales en fosas sépticas o directamente al subsuelo. Es el resultado de décadas en los que se construyó sin urbanizar, y de años en los que se ha ido prometiendo una solución que no acaba de llegar. Y mientras, el ayuntamiento tiene que hacer continuamente frente a sanciones por la contaminación del subsuelo por vertidos, como recordaba esta semana el concejal de Hacienda, Vicente Chelet. Lo peor es que, por el momento, no hay visos de que la cifra de viviendas sin conexión a la red de saneamiento se pueda reducir de manera importante.

Un informe elaborado por la sociedad mixta Aguas de Dénia acaba de poner números a esta problemática. Según los datos contenidos en el documento y que proporcionó el concejal de Medio Ambiente, Juan Carlos Signes, se cifra en 44.000 el número de contadores de agua en la ciudad, lo que equivale a decir que hay esa cifra de viviendas. Y de ellas, sólo 26.500 tienen alcantarillado; las restantes 17.500, por tanto, no están conectadas a la red de saneamiento.

Es la consecuencia de muchos años, en las últimas décadas del siglo pasado, en los que en muchos casos a la hora de construir se pensaba sólo en eso, en construir. Era habitual que el ayuntamiento otorgara licencias de obra condicionadas a una posterior urbanización de la zona. Y el resultado, en muchos casos, es que se edificaba, y la urbanización no llegaba nunca. En ocasiones, una multa bastaba para "legalizar" la situación, pero, desde luego, no para solucionarla.

Ahora la ciudad tiene que hacer frente a una inversión millonaria si quiere solucionar el problema. El mismo informe de Aguas de Dénia cifra en cerca de 27 millones de euros la cantidad necesaria para completar la red de alcantarillado y poner al día la ya existente.

Y eso que Dénia ha contado con una importante ayuda del Gobierno central. El proyecto para dotar de alcantarillado a los miles de viviendas de les Rotes y el Montgó. Son unos 11 millones y la CHJ ha estado ejecutando en los últimos meses los colectores principales. Faltan los secundarios, los que tiene que hacer el consistorio. Una inversión que de momento está aparcada, a la espera de mejores tiempos en lo económico.