La economía sumergida también está presente en la industria funeraria de la Ribera y más concretamente en los entierros que se realizan en el cementerio de Favara. El PSPV de la localidad ha desvelado la existencia de presuntos enterradores ilegales en el camposanto que cobran a las familias de los difuntos por realizar funciones tales como la introducción de los ataúdes en los nichos, el cierre de las casetas y la colocación de las placas identificativas con el nombre del finado e, incluso, la extracción de restos mortales.

Según ha podido saber este periódico de boca de familiares afectados, los pagos se realizan supuestamente en negro y el montante de éstos puede alcanzar hasta los 200 euros. "De hecho, desde el propio ayuntamiento te comentan a quién has de dirigirte o te buscas la vida", dicen.

El alcalde, Pedro Juan Victoria, reconoció ayer la existencia de dichos sepultureros y justificó que "hemos estado así toda la vida", aunque posteriormente admitió que "no es excusa". A pesar de que Victoria aseguró desconocer si los citados enterradores tributan o no por su actividad, éste manifestó que el consistorio deberá plantearse la regulación de la actividad mediante la creación de una plaza de enterrador, "algo complicado en los tiempos que corren de dificultades económicas", puntualizó el alcalde de Favara.

Aunque lo más llamativo es que el ayuntamiento cobra una tasa en la que se incluyen los servicios que prestan los enterradores ilegales, indican los socialistas.