La Marina Alta vivió ayer la cara y la cruz de la huelga general. El paro apenas tuvo incidencia en el tejido empresarial. Sólo los trabajadores de las grandes empresas, como Rolser, en Pedreguer, o la fábrica de Ortiz, en el Verger, secundaron la huelga. También los empleados de la concesionaria de la basura en Dénia, Urbaser, cumplieron estrictamente los servicios mínimos. Pero en los ayuntamientos el seguimiento fue desigual. Y pocos comercios echaron la persiana. Las medianas y pequeñas empresas, las más numerosas en la comarca, le dieron la espalda a la huelga.

Pero la manifestación fue otra historia. Unas 8.000 personas recorrieron las calles de Dénia. No se contentaron con llegar hasta la Glorieta del País Valencià, que era donde debía acabar la protesta. La estiraron un poco más. La policía nacional pretendió frenar a los manifestantes en su intento de llegar hasta la plaza del Ayuntamiento. En vano. Rompieron el cerco por otras calles y, al final, los agentes optaron por retirarse hasta los soportales del edificio consistorial. Allí se produjo la imagen más impactante. Unos 25 agentes, entre policías nacionales y locales, apostados ante el ayuntamiento, formaron un nuevo cordón que ya ningún manifestante intentó rebasar. Poco a poco la protesta se fue disolviendo sin incidentes. Fue una manifestación histórica. Los sindicatos así lo interpretaron. Afirmaron que 10.000 personas la secundaron, mientras que la policía nacional rebajó la cifra a entre 2.000 y 3.000. Sin duda fue multitudinaria, aunque también se echó en falta la presencia de trabajadores de pequeñas y medianas empresa. El grueso de la manifestación lo formaban profesores, trabajadores de la sanidad, empleados municipales o bomberos. El manifiesto contra los recortes y la reforma laboral lo leyó el historiador de Dénia Vicent Balaguer.

La plataforma por la educación pública denunció que las alertas por fuertes lluvias se habían utilizado para boicotear el paro. Las clases se suspendieron en Dénia, Xàbia y Calp y no pudo contabilizarse el seguimiento de la huelga entre los profesores de estos pueblos. Curiosamente, en la mañana de ayer no llovió ni una gota.

Los incidentes de la huelga en la comarca fueron anecdóticos. En Calp, las cerraduras del ayuntamiento y de algunos comercios amanecieron cubiertas con silicona. En el consistorio calpino, el 80 % de trabajadores secundó el paro. En el de Dénia, el sindicato SEP situó el seguimiento en el 58 %. Mientras, en el de Teulada, se quedó en el 14 %.