No oía del todo bien así que fue al médico de familia que tiene asignado en el centro de salud de Torrent. El doctor detectó que Miguel Cruz Estudillo tenía dos tapones de cera en los oídos por lo que le envió al servicio de enfermería para que se los extrajeran. Le dieron cita para el pasado 15 de noviembre y allí se presentó, con el objetivo de solucionar el problema. En el servicio de enfermería le dijeron que lamentablemente ese día no había agua caliente y le ofrecieron que volviera una semana más tarde. «Me explicaron que también me los podían extraer el frío pero que sería doloroso y más complicado, así que decidí volver una semana más tarde, con el trastorno que supone no escuchar bien del todo».

Y así, el pasado 22 de noviembre regresó al centro de salud de nuevo y se dirigió al mismo departamento. «‘Ya estamos como la semana pasada’, les dije», explca este vecino de Torrent. Entonces asegura que le dijeron que no tendría que volver otra vez porque le iban a extraer los tapones en frío… «Pero si me avisasteis de que era doloroso y además, para eso podiáis haberlo hecho la semana pasada», narra que les contestó. Miguel Cruz propuso a los enfermeros la posibilidad de traer el agua caliente de su propia casa, ya que está cerca. De este modo, volvió al domicilio, puso agua a hervir y la colocó en un termo, con el que acudió al centro de salud de nuevo. «Entonces fue cosa de nada porque realmente es una operación sencilla. Me encuentro mucho mejor. He recuperado el oído», valora este ciudadano.

Para Cruz Estudillo, «lo malo» no fue sólo la falta de agua caliente en un centro médico sino la excusa que asegura que le dieron. «Me dijeron que como el sistema funciona con placas solares y ese día estaba nublado, por eso no iba. Como si no supiéramos los pacientes que los rayos del sol atraviesan la franja de nubes, como si no supiéramos que el sistema tiene acumuladores y como si no supiéramos que esas instalaciones tienen un doble mecanismo para que cuando falla el solar se active el eléctrico convencional».