Cincuenta personas se han apuntado este año a la Nova Muixeranga. "El efecto patrimonio es claro, ha sido importante. Nunca se había apuntado tanta gente en un solo año", declara el presidente, Raül Sanxis. El censo de la Nova Muixeranga crece así un 25 % y ya son 250 los muixeranguers activos, aunque, según explica Sanxis, "existen 650 trajes de la verda repartidos por el mundo".

Algemesí es la patria de la muixeranga. Aunque comparte tradición con otros municipios como El Forcall, Titaguas o Peníscola, sólo en la localidad ribereña este ball de valencians se ha mantenido vivo y vigoroso. Aunque de origen pagano, se ha vinculado a la fiesta de la Mare de Déu de la Salut desde 1724. Dos colles muixerangueres se encargan de preservar los castillos humanos: la Muixeranga d'Algemesí y la Nova Muixeranga, surgida hace quince años de una escisión de la vella con el objetivo de promocionar esta manifestación cultural "fuera de la fiesta de septiembre" e integrar a mujeres e inmigrantes.

Según Sanxis, esta voluntad "expansiva" es la que ha propiciado el movimiento de recuperación de la muixeranga en toda la geografía valenciana y, también, que la tradición gane adeptos en Algemesí, no sólo entre los vecinos: "En nuestras torres hacen piña vecinos de Guadassuar, Alzira, Sueca, Albalat, Carcaixent, Cullera, Gandia o la ciudad de Valencia. La Nova, a pesar de que lleva el nombre de Algemesí, se ha convertido en la Muixeranga de la Ribera", explica. A ello también ha contribuido la declaración de la Festa de Algemesí como Patrimonio de la Humanidad, un paso más tras ser reconocida como Bien de Interés Cultural en 2010.