¿Cómo eran los habitantes de la Marina Alta del periodo neolítico? La Cova de la Catxupa, en Dénia, ofrece casi una fotografía de esos hombres de la prehistoria. Las pinturas rupestres descubiertas en 1990 sorprenden por la precisión de las representaciones, sobre todo la del arquero-cazador que lleva en su mano el arco y las flechas. El artista "cazó" con toda precisión al cazador neolítico. Tal es el detalle que incluso se intuye la talla de las puntas de flecha. Esa "foto" es una bendición para los investigadores, que pueden afinar al máximo la cronología de las pinturas.

El arqueólogo de Dénia, Josep A. Gisbert, explica que, "mientras que los segmentos (de las punta de flecha) nos sitúan en el entorno del 4.700 a. C., al final del epicardial reciente y del neolítico postcardial, los trapecios alargados nos sitúan en el neolítico medio, entre el 4.200 y el 3.700 a. C.".

La Catxupa, por tanto, ofrece un vívido fresco de cómo eran y cómo vivían los cazadores que hace seis milenios recorrieron el Montgó y su valle. Pese a su importancia, este abrigo es bastante desconocido. Como todo el arte rupestre del arco mediterráneo, está declarado Patrimonio de la Humanidad.

Este domingo, a partir de las 10.30 horas, en una visita guiada, el arqueólogo de Dénia mostrará ese universo iconográfico de estilizados arqueros, cabras y ciervos y escenas cotidianas de la remota prehistoria.

"La Catxupa -explica el director del museo de Dénia- tiene para los autores de este arte un fuerte componente sagrado. Es un santuario donde, poco a poco y a través de la investigación de estas manifestaciones, descubriremos la impronta de costumbres, mitos y ritos que nos ayudarán a comprender la vida, la devoción y la religión de nuestros lejanos antepasados".

Gisbert destaca "el cuidado en el modelado de la anatomía y las dimensiones de la figura" del arquero-cazador. El artista demostró sus dotes descriptivas. El arquero tiene un tocado de plumas. Su rostro aparece de perfil y su cuerpo transmite movimiento. Incluso en las piernas se vislumbra un intento de representar la textura de la piel o la vestimenta. La mano derecha aparece levantada y se adivinan los dedos. En la izquierda lleva el arco y cuatro flechas. Ese cazador surge de la noche de los tiempos para hablarnos de la prehistoria en la comarca.