El propietario de una granja de Carlet que sufre continuos asaltos ya no sabe a quién acudir. Los robos son cada vez más habituales y en los tres más recientes, en apenas dos meses, los asaltantes se han llevado todo lo que han encontrado de valor, incluso algunos pollos, 150, en una granja con más de 20.000. José Ayllón, que es el propietario, asegura que encontró sólo las cabezas de los animales porque los asaltantes se habían llevado el resto: "no sé si para comer o para venderlos", explicaba ayer mientras abría la granja para que Levante-EMV la fotografiara.

El modus operandi es escabroso. Los asaltantes golpearon la cabeza de los pollos contra el suelo antes de arrancarla y dejarla tirada. "Supe que habían robado 150 porque conté las cabezas", explica el ganadero. El caso de Ayllón no es el único hasta el punto de que la Unió de Llauradors denunció ayer "una oleada" de robos en granjas de Carlet.

"Existe una gran impotencia e indefensión entre los ganaderos porque las sustracciones se repiten y además el valor de lo sustraído y los destrozos son elevados", explicaron ayer desde la Unió.

Los ganaderos sospechan que los robos los realizan grupos organizados que logran vender "de forma fácil" en el mercado la mercancía, ya sea animales o instalaciones de agua, gas o cobre.

En la granja que Ayllón tiene cerca de la barriada de Villarrubia en Carlet han roto la valla y las ventanas y ha desaparecido la instalación de cobre, de agua y gas, además de un calefactor, una granadora y cable eléctrico. Las pérdidas podrían superar los 20.000 euros, según explicó ayer el propietario, que se declaraba alarmado por tanto robo: "Si pudiera encontrar trabajo cerraba y me dedicaba a otra cosa", decía.

Varios propietarios de granjas han presentado denuncias ante la Guardia Civil e incluso la alcaldesa de Carlet, María Ángeles Crespo les ha recibido, según contó ayer Ayllón. Desde entonces han notado que la Policía Local ha aumentado la vigilancia "y por la noche la patrulla pasa tres o cuatro veces por aquí". "En el último robo nos fuimos a comer una hora y al volver ya nos habían robado, es como si nos estuvieran vigilando. No tenemos vida familiar; nos pasamos el día en la granja, es nuestro medio de vida", señala uno de los afectados.

Cambiar el Código Penal

Por eso, desde la Unió de Llauradors i Ramaders reclamaron ayer más vigilancia en las zonas rurales y la necesidad de cambiar el Código Penal y la tipificación de los delitos en el sector agrario.