Los excursionistas que estos días recorren el Montgó y los vecinos de la Plana (una partida rural de Xàbia situada dentro del parque natural) empiezan a estar alarmados por la proliferación de bolsones sedosos en los pinos. Esos nidos revelan que, tras seis años de tregua, la procesionaria ha vuelto a estallar en el Montgó. El cuc del pi, como también se conoce a la procesionaria, provoca defoliación en los pinos y, a los más jóvenes, los puede llegar a secar. Biólogos consultados por este diario comentaron que la plaga no ha hecho más que empezar y que todo apunta a que este año tendrá una incidencia importante. Los pinos de la carretera de les Planes ya muestran dos y tres bolsones. Además de atacar sobre todo a los árboles más jóvenes y débiles, la procesionaria puede producir urticarias y alergias a las personas y animales domésticos. Numerosos pinos infectados están junto a sendas y caminos forestales y junto a viviendas de la Plana.

El rebrote de la plaga llega después de que en los últimos años la conselleria de Medio Ambiente ya no haya colocado trampas de feromonas para rebajar los niveles de infestación. La procesionaria, también es cierto, suele evolucionar en ciclos de 5 años. La plaga se manifestó con fuerza en el Montgó y en las masas forestales de Dénia y Xàbia en los años 2005, 2006 y 2007. En esos años, se realizaron algunas fumigaciones aéreas del insecticida biológico bacillus thuringiensis. Pero hubo mucha contestación social, ya que las avionetas rociaron incluso en zonas de casas. Luego, la conselleria probó con las trampas de feromonas, que se instalan en verano, cuando la procesionaria es adulta y está en el ciclo de mariposa. Los machos acuden a las trampas y se logra bajar la incidencia de la plaga.

El pasado verano no se colocaron esas trampas y ahora la procesionaria vuelve a golpear con fuerza a los pinos del Montgó.