Alrededor de veinte pequeños ahorradores de Villanueva de Castellón estudian demandar al Banco de Valencia (BdV) tras verse afectados por una presunta estafa relacionada con la suscripción "camuflada" de obligaciones subordinadas de esta entidad financiera, un caso prácticamente idéntico a los ocurridos con otras entidades financieras entre las que se encuentra Bankia con sus preferentes.

Según han explicado los propios perjudicados a Levante-EMV, la mayoría de ellos firmó a lo largo de la última década con el mencionado banco lo que parecía ser una imposición a plazo fijo que les garantizaba un interés anual del 2,034%. Sin embargo, "no nos informaron pertinentemente de que a los dos meses se convertía automáticamente en una suscripción de obligaciones subordinadas de la entidad, denuncia el portavoz de los afectados, Juan José Puertos.

Puertos, calcula que sólo en la localidad los clientes que invirtieron sus ahorros en este producto financiero pueden haber llegado a perder alrededor de medio millón de euros después de la aplicación de una quita del 85% del dinero aportado, minoración motivada por la quiebra de esta entidad valenciana cuya situación económica impide ahora la devolución de esta inversión más los intereses generados.

Para más inri, el 15% que sí ha reembolsado BdV a los titulares de las preferentes ha sido transformado en acciones de la entidad, algo que ha sucedido "sin que los afectados hayamos dado nuestro consentimiento ni firmado papel alguno". Siguiendo la versión dada por los ahorradores de Villanueva de Castellón, el modus operandi con el que el banco les "endosó" el producto no es muy distinto al denunciado por los afectados de las preferentes de otras entidades financieras. Al parecer, BdV les ofrecía un supuesto plazo fijo garantizándoles que podrían recobrar su dinero "en sólo dos o tres días" en caso de que lo necesitaran. De hecho, los documentos firmados por los suscriptores a los que ha tenido acceso este periódico estaban encabezados por la inscripción "Imposición a plazo" destacada en mayúsculas y negrita, aunque en uno de ellos ya con letra más pequeña y entre paréntesis se puede leer: "Depósito Suscripción Obligaciones BV EM".

Los afectados consultados declaran haberse sentido forzados a firmar la llamada imposición. El propio Puertos no duda en señalar que "el director de la oficina nos presionaba constantemente para que metiéramos ahí nuestros ahorros".