Los nuevos accesos planeados para dar fluidez al tráfico en la macrozona comercial de Alfafar no sólo dejan sin entrada al marjal y a la cooperativa agraria de Massanassa, sino que también anulan el camino que lleva a un centro de discapacitados con 110 alumnos y a una subestación eléctrica que da servicio a más de 72.000 personas en Catarroja, Benetússer, Alfafar y la propia Massanassa.

Y es que tanto el acceso al colegio, situado al borde de la V-31 o Pista de Silla, como a las instalaciones eléctricas se realiza por la misma entrada de la Cooperativa Agrícola San Pedro de Massanassa, que también permite llegar a los campos de cultivo „la mayoría arrozales„ del marjal, tal como denunció ayer el alcalde de la localidad, Vicent Pastor.

El mandatario fue el primero en darse cuenta del problema en febrero de 2012. Pese a que desde entonces ha insistido al ayuntamiento vecino y a la Agrupación de Interés Urbanístico de Alfafar Parc, promotores de las obras de los nuevos accesos, que se hace necesaria «una solución urgente», lo cierto es que aún no la conoce.

Como medida de presión, el mandatario ha decidido no autorizar las obras de ampliación de la antigua carretera CV-412, vial copropiedad de Massanassa y Alfafar y uno de los pilares del proyecto dado que se trata de la calzada que dará acceso a la futura tienda de Ikea, hasta que no se resuelva el problema de la entrada al marjal. Esta circunstancia podría paralizar la ejecución de los nuevos accesos y retrasar así la llegada de la multinacional sueca.