La mosca del olivo constituye la plaga más dañina para este cultivo, provocó en la pasada campaña pérdidas que alcanzaron el 40% en algunas cosechas y representa el principal quebradero de cabeza para los olivareros. Ayer, técnicos del Instituto Valenciano de Investigaciones Agrarias (IVIA) y de la Conselleria de Agricultura ensalzaron su apuesta por un método, ensayado y seguido en los campos Enguera, que ha permitido reducir a la mitad la población de la mosca en un año, en unas jornadas sobre olivicultura celebradas en la población.

Los técnicos colocaron trampas con agua y fosfato en olivos separados por diez hectáreas. El resultado es que cada trampa capturó 10 moscas por día, reduciendo del 50 al 10% la media de picadas del insecto, cuya población en la zona según revela el experimento se redujo aproximadamente a la mitad.