El Hogar del Jubilado de Alboraia es un páramo desde que los mayores de esta localidad no pueden jugar al bingo con dinero. La Asociación de Jubilados ha fracasado en su intento de que la administración autonómica y estatal les permita mantener las partidas a diez céntimos el cartón. Los jubilados alborayenses incluso aprovecharon su asistencia el pasado 4 de junio a una comida con alcaldes de la comarca de la Unión Democrática de Pensionistas (UDP) de l'Horta Nord para pedirle personalmente a la consellera de Bienestar Social, Asunción Sánchez Zaplana, su amparo para mantener una afición "sin ánimo de lucro" que tres veces por semana llenaba su local. Pero tampoco ha servido de nada. "Desde la conselleria de Hacienda nos acaban de enviar una circular diciéndonos que no pueden hacer nada porque la ley está así, que es Hacienda quién lo prohíbe", explicaba ayer Vicente Carbonell, secretario de la UDP local. Los jubilados y pensionistas de Alboraia -como los de Xirivella, Paiporta o el Port de Sagunt-, no podrán volver a jugar al bingo con dinero por medio.

Fue el pasado marzo cuando en pleno bingo vespertino, con 130 mayores abarrotando la sala principal del Hogar del Jubilado, irrumpieron los agentes de la Brigada Especial del Juego de la Policía Nacional y levantaron acta de que allí se estaba jugando de forma ilegal, tras lo que conminó a los organizadores a que pararan y les avisó de que si volvían a ser pillados en flagrante delito serían multados.

"Estaban prohibiendo una actividad sin ánimo de lucro y a 0,10 céntimos el cartón de los que 0,07 céntimos van destinados a premios y los restantes 0,03 céntimos restantes a amortizar los gastos del mismo y a colaborar en las diversas actividades que realiza esta asociación", subrayaba ayer Carbonell.

El portavoz de la UDP recordaba ayer la desolación que produjo la intervención policial. "Los mayores tuvieron que abandonar el local como auténticos delincuentes, algunos con carritos de ruedas, otros con bastones y casi todos con evidentes muestras de limitaciones físicas que frecuentaban este Hogar conviviendo cada tarde con los amigos y vecinos, compartiendo merienda y buen humor y convirtiendo este ambiente en una auténtica guardería de mayores".